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SEXO Y PAREJA
30 de abril de 2019
Desde que se lo inventó, para prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, la primera y gran recomendación para todos es el uso de preservativos ante cada acto sexual.
Con una seguridad del 99%, es la protección más utilizada. Sin embargo, como ocurre con las modas, una nueva tendencia asociada al sexo puede ser muy peligrosa.
Se trata de una práctica conocida como stealthing (sigilosamente), practicada por los hombres y que la investigadora Alexandra Brodsky, dio a conocer el resultado de su investigación en el Columbia Journal Of Gender and Law.
¿Qué es el stealthing?
El stealthing consiste en la idea de que el hombre, mientras mantiene relaciones con su pareja, se quite el preservativo sin previo aviso para continuar su acto sin protección. Esto, hoy es considerado como una agresión sexual contra la mujer.
Y así lo explica Brodsky: «Los casos se han dado en parejas homosexuales y heterosexuales. Existen comunidades en internet donde decenas de hombres comentan sus experiencias y se dan consejos. Estos varones, tanto heterosexuales como homosexuales, consideran que es su derecho quitarse el preservativo, ya que los hombres tienen que difundir su semilla».
«Lo que quería con este estudio es poner nombre y protagonistas a esta tendencia que se repite con frecuencia», aseguró la investigadora al Huffington Post, donde describe la experiencia de Rebecca, una estudiante de doctorado que trabaja en una línea de atención a víctimas de violación.
La joven aseguró que en los últimos meses se incrementaron las llamadas de mujeres que habían sido víctimas del «stealthing», lo que convirtió esto en una tendencia muy peligrosa. «Normalmente, las historias de estas chicas que llaman comienzan igual. No estoy segura de si es o no violación, pero ellas se sentían así», aseguró.
¿Cuáles son las consecuencias? Estas mujeres no sólo se exponen a un embarazo no deseado, sino también a la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, sin contar claro el tremendo daño emocional y físico que causa en la víctima y en su entorno familiar.
Y hay otro agravante, ya que como las mujeres que han sufrido el stealthing no saben si se trata de una agresión sexual o no, muchos de estos casos no son denunciados ante la Justicia, con lo cual los profesionales temen que la tendencia es aún más peligrosa de lo que se conoce.