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SEXO Y PAREJA
22 de abril de 2019
Aunque no permite que el goce se comparta, se trata de una posición injustamente olvidadas.
No hace falta recurrir al famoso Kamasutra. El 69 no es la única posición identificada con un número, porque llegó para quedarse el 68. Basta restarle uno para sumar mucho más placer. Así describen una posición acrobática que hay que adoptar para la satisfacción mutua, que tiene su técnica y que además es más que cómoda.
La principal diferencia con el 69 es que con el 68, sólo uno sentirá el placer mientras el otro se convierte en activo.
¿Cómo se hace? Según El Confidencial, el activo de la pareja se acuesta sobre su espalda con las rodillas ligeramente flexionadas y dispuesto a aceptar sobre su cuerpo todo el peso de la otra persona. El agraciado pasivo se acostará a su vez sobre el pecho de su cómplice, con la cabeza entre las piernas del otro, pero con los ojos mirando al cielo.
Por último, el afortunado pasivo abrirá sus muslos de par en par de cara al rostro de su acompañante que, desde abajo, tendrá total acceso y control sobre una de las zonas erógenas más sensibles de las mujeres.
Además de ser el último grito de la moda sexual -cita El Confidencial-, el 68 deja las manos libres para dar rienda suelta a otras técnicas.