Viernes
22 de Noviembre de 2024
SEXO Y PAREJA
25 de junio de 2019
A 4 años de la píldora,la falta de deseo sexual afecta más a las mujeres que a los hombres.
Es inyectable y está indicada en mujeres premenopáusicas con trastorno del deseo sexual hipoactivo, que afecta a una de cada cinco.
A casi cuatro años del lanzamiento de una píldora para tratar la falta de deseo sexual en las mujeres -conocida popularmente como el “viagra femenino”-, Estados Unidos acaba de aprobar una nueva opción farmacológica que, a diferencia de su antecesora, es inyectable y era esperada por la comunidad científica.
“Hay mujeres que, sin razón conocida, tienen un deseo sexual reducido que causa una angustia marcada y que pueden beneficiarse de un tratamiento farmacológico seguro y eficaz”, afirmó Hylton V. Joffe, director del Centro de Evaluación de Medicamentos e Investigación de la División de Productos Óseos, Reproductivos y Urológicos de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), al anunciar la autorización del nuevo fármaco “que brinda a las mujeres otra opción de tratamiento para esta afección”.
La afección a la que hace referencia es el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH) adquirido generalizado. Bremelanotide es el nombre de la nueva droga indicada para el uso en mujeres premenopáusicas con TSDH.
Silvina Valente, jefa de Sexología Clínica de Ginecología del Hospital de Clínicas y presidenta ó de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH) explicó a Clarín que se habla de trastorno cuando la falta de deseo provoca malestar. Un trabajo realizado en Hospital de Clínicas el año pasado mostró que entre las mujeres que se atienden en el servicio de Ginecología, el 54% tiene deseo sexual disminuido y el 18% presenta trastorno, es decir, que se siente mal por esa causa. Para ese último grupo está indicada la droga que la comunidad científica especializada en sexualidad “venía mirando desde hace años por sus buenos resultados”.
La diferencia con flibanserina (la píldora aprobada en 2015) “es abismal”, sostiene Valente. No sólo por su forma de administración, ya que la nueva es inyectable, si no por su mecanismo de acción y los resultados que sustentan a cada una (a su antecesora, la FDA la había rechazado dos veces antes de autorizarla). “Son dos cosas totalmente distintas. La flibanserina trabaja sobre los receptores de serotonina y dopamina, es de toma diaria y tiene resultados controversiales. Esta droga (bremelanotide), a diferencia de la anterior, tiene mejor evidencia científica porque demostró tener resultados significativos para actuar sobre el deseo sexual femenino”.
La nueva droga activa los receptores de la melanocortina y mejora el deseo sexual y la angustia vinculada a su ausencia o disminución, según la FDA. “Va directamente al estímulo inconsciente, robusto y rápido, para que pueda ser descifrado como deseo. Tiene una acción totalmente diferente a la otra, ya que no va a la motivación, va directamente al proceso de deseo, que es posterior a la motivación”, explica la especialista.
Se inyecta debajo de la piel del abdomen o el muslo 45 minutos antes del encuentro sexual. No se debe usar más de una dosis dentro de las 24 horas, ni más de ocho por mes. Los efectos secundarios más comunes son náuseas y vómitos, enrojecimiento, reacciones en el lugar de la inyección y dolor de cabeza, precisa la FDA. La autoridad reguladora estadounidense agrega que no debe utilizarse en mujeres con presión arterial alta no controlada o en quienes tengan enfermedad cardiovascular conocida o alto riesgo de padecerla.
Carmen Barbieri, Sergio Goycochea y Cathy Fulop se animaron con el "chip sexual" de los famosos
Mirá también
Carmen Barbieri, Sergio Goycochea y Cathy Fulop se animaron con el “chip sexual” de los famosos
La efectividad y la seguridad de la droga fue estudiada en dos ensayos aleatorios de los que participaron 1.247 mujeres con TDSH. Se las dividió en dos grupos: unas recibieron la droga y otras placebo (una sustancia farmacológicamente inerte que se utiliza como control en un ensayo clínico ). La mayoría se inyectaron dos o tres veces por mes y no más de una vez por semana. Los resultados arrojaron que el 25% de las tratadas con Bremelanotide tuvieron un aumento de 1.2 o más en su puntuación de deseo sexual (en un rango de 1.2 a 6.0) en comparación con aproximadamente el 17% de las que recibieron placebo. Además, aproximadamente el 35% de las que recibió la droga tuvieron una disminución de uno o más en su puntuación de angustia (en un rango de cero a cuatro) en comparación con aproximadamente el 31% del grupo de control. La droga no mejora el rendimiento sexual.
¿Para quiénes sirve? No es para una mujer que quiere aumentar su frecuencia y tener sexo todos los días. “Se la da una que hace un mes que no tiene relaciones, que no le interesa para nada”, señala Valente. Y amplía: “En la respuesta sexual tenemos una parte de deseo. En la mujer, si está conservado, el deseo no es lineal como el varón. La mujer entra al deseo por la intimidad o por la creación del ambiente. Para las que quieren ser lineales y tener la motivación de empezar ellas no sirve. Sí para que si se dan todas las condiciones para tener una relación sexual, se enganchen. Y no que digan 'que pase rápido esto porque no quiero' o se vayan al baño a jugar al candy crush a ver si el otro se queda dormido antes de que ella vuelva a la cama”.
La presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana enfatiza que la droga no reemplaza la terapia sexual, indispensable en el tratamiento de la falta de deseo. “Ninguna droga reemplaza una terapia sexual y menos una que actúa en el cerebro. Da una mejor predisposición y ayuda a la terapia. ¿Cuánto tiempo podés darte una inyección en la panza cuando no estás motivada? Si no te motiva ampliamente el terapeuta no te das ni la primera”, graficó.
Consultado por este diario, el psicólogo y sexólogo Patricio Gómez Di Leva ve una utilidad relativa en la novedad farmacológica. "La gente quiere una solución mágica y eso no existe. Lo que verdaderamente necesitamos es educación sexual", subraya.
"Es fundamental que entendamos cómo funciona el deseo porque ninguna droga va a poder reemplazar al estímulo adecuado. En general la falta de deseo tiene que ver con la falta de estímulos positivos. Por otro lado -continúa Gómez Di Leva- la analogía con el viagra es una estrategia de marketing. El viagra ( sildenafil) no actúa sobre el deseo. Mientras sigamos medicalizando la sexualidad vamos a estar cada vez más lejos de una sexualidad plena."
¿La indicaría? "En algunos casos. Hay médicos, muchos, que sólo dan la pastillita o, como en este caso, la inyección", finalizó.