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SALUD
28 de mayo de 2018
La enfermedad celíaca (EC) es una patología que se presenta en forma frecuente en la población mundial. Se estima que entre el 1% y el 2% de los habitantes de todo el mundo padecen este tipo de trastorno, que es de naturaleza autoinmune y afecta a individuos genéticamente predispuestos, según indica un estudio realizado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Es una patología que actualmente se considera no solo como una enfermedad digestiva, sino también sistémica, dado que presentando síntomas muy diversos, con diferentes procesos patológicos asociados.
Por su parte, el gluten es un término genérico que se utiliza para referirse a las proteínas que desencadenan la enfermedad. Se trata de las prolaminas y las glutelinas, aunque no siempre se llaman de la misma manera. Cada una de ellas recibe una denominación particular según el cereal del cual proviene: trigo (gliadina), cebada (hordeína), centeno (secalina) y avena (avenina). Ambas proteínas son realmente resistentes al proceso de digestión y al unirse a la enzima Transglutaminasa tisular (tTG) se presentan como antígeno, desencadenando la respuesta inmunológica que causa la atrofia de la mucosa en el intestino delgado.
Es importante destacar que muchas personas que tienen celiaquía o intolerancia al gluten no son diagnosticadas a tiempo, por lo que pasan algún tiempo de su vida con la patología sin tratamiento. Sin embargo, dado que se trata de una enfermedad sintomática y como consecuencia de la cantidad de información que se ha difundido en los últimos años, su diagnóstico es cada vez más accesible. En consecuencia, las personas podrán adaptar sus hábitos al trastorno que padecen y aumentar así su calidad de vida.
Problemas digestivos
Es probable que la dieta inadecuada -como consecuencia del desconocimiento de la condición del paciente- estreñimiento, especialmente en niños después de haber ingerido algún alimento con gluten. A su vez, es común que la persona sienta hinchazón, gases y otras molestias intestinales, todos como efecto adverso del consumo de este tipo de productos.
Queratosis pilaris
También conocido como “piel de gallina”, es una erupción frecuente, sobre todo en la parte posterior de los brazos. Surge como consecuencia de una deficiencia de ácido graso y de vitamina A, que derivan de una mala absorción de grasas causada por el gluten.
Fatiga
Del mismo modo, es esperable que las personas que padecen celiaquía o intolerancia al gluten tengan una sensación de cansancio después de comer algún alimento que contiene gluten. Esta es una de las principales señales de la intolerancia al gluten, por lo que ante este tipo de síntomas es importante consultar al especialista.
El diagnóstico de una enfermedad autoinmune
Todas aquellas personas que sufren patologías de estas características tienen mayores probabilidades de tener nuevas enfermedades autoinmunes. Esto significa que los antecedentes pueden contribuir al diagnóstico de la celiaquía. La artritis reumatoidea, la colitis ulcerosa, el lupus, la psoriasis, el escleroderma o la esclerosis múltiple son algunas de las patologías autoinmunes que se presentan con mayor frecuencia.
Síntomas neurológicos
La intolerancia al gluten también puede ocasionar síntomas como mareos o sensación de pérdida del equilibrio.
Desequilibrios hormonales
Cualquier tipo de anomalía hormonal debe ser estudiada, dado que puede ser consecuencia de una patología mayor, como la celiaquía, entre otras enfermedades.
Dolores de cabeza
La intolerancia al gluten puede provocar este tipo de molestia. Si bien no se trata exclusivamente de un factor ligado solo a quienes padecen de enfermedad celíaca, es importante consultar a un especialista ante su aparición.