Sábado 23 de Noviembre de 2024

2 de enero de 2016

Empanadas y pan dulce, la cena de Año Nuevo en los centros de evacuados

En Concordia, la ciudad más castigada por las inundaciones, vecinos y estudiantes se acercaron a cocinar a los refugios. Un adolescente murió en el Paraná.

La peor inundación de los últimos 50 años en Concordia no impidió que la cena de Año Nuevo fuera para muchos evacuados un momento de amistad y encuentro. Velada por la situación y amansada por la incertidumbre, la esperanza, sin embargo, se hizo presente en frases del tipo “esto también pasará”.

Al igual que en Nochebuena, los inundados se organizaron para pasar un momento distinto. El menú varió: de guisos, fideos, lentejas y carne picada se pasó a empanadas, sandwiches, patitas de pollo con salsa, pan dulce y gaseosas.

Hubo música y hasta baile en algunas escuelas que ofician como refugios. Los egresados de la promoción '93 de la Escuela D. P. Garat volvieron a cocinar voluntariamente para los vecinos que hacen guardia en calles Salta y La Madrid.

En el barrio de la Defensa Sur, junto al murallón, el padre Daniel Petelín celebró misa para muchos de los inundados en su parroquia Nuestra Señora de Lourdes.

En días anteriores, Petelín había celebrado directamente entre el agua crecida, frente al talud del murallón de defensa. “Queríamos dar una señal”, dijo el cura a Clarín. Vivir un poco lo que viven los inundados enfrentando al río.

Los concordienses mostraron otra vez su solidaridad para con sus vecinos inundados y donaron pan dulce, turrón, golosinas, helados o tiempo.

La labor de los voluntarios es clave en estos momentos. Por ejemplo, el trabajo que desarrolla Julián Presas, musicoterapeuta, quien coordina equipos que concurren a impartir talleres de arte en dieciséis centros de evacuados y ofrece a los afectados un espacio de actividades y de catarsis terapéutica.

La ciudad de Concordia vive la peor inundación de sus últimos 50 años. Hay 10 mil evacuados y autoevacuados (30 mil en todo el país) por el agua y también damnificados que debieron abandonar sus casas por desborde de cloacas. Muchos, viven en carpas o hacen guardia cerca de sus viviendas, por temor a robos.

Entre las buenas noticias, se pueden destacar tres en Año Nuevo: La empresa Carrefour donó alimentos, agua mineral, desinfectantes, lavandinas, desodorantes de ambiente, palas de residuos y trapos de pisos, entre otras mercaderías, por valor de 800 mil pesos.

Hizo entrega de todo ello al Consejo de Emergencia Social de Concordia, que lo distribuirá en los centros de evacuados. Por su parte la municipalidad de Concordia tuvo un gesto solidario hacia dos comunidades cercanas que no han recibido tanta ayuda.

En una iniciativa conjunta del intendente Enrique Tomás Cresto y el Consejo de Emergencia Social, se enviaron dos camiones con donaciones a las ciudades de Salto (Uruguay) y de Colón. “En los momentos difíciles, la unión y la solidaridad nos fortalecen”, dijo Cresto. Además, desde el gobierno nacional se enviaron remesas de efectivo a las ciudades afectadas en la provincia.

Desde el lunes 28, Concordia recibió 10 millones de pesos en concepto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), en tanto otras ciudades en conjunto, 7 millones. La semana próxima seguirán llegando remesas, según informó a Clarín el Ministerio del Interior de la Nación.

En cuanto al tiempo, se vive un impasse.

No habrá lluvias hasta el domingo por lo menos. La situación es estable (hubo escasas precipitaciones el 31 en toda la cuenca del río Uruguay) y las autoridades de Salto Grande siguen procurando bajar el nivel dentro de la represa y levarlo a 36 metos. Para ello, abren compuertas y van “soltando” agua a razón de 30 mil m/3 por seg., mientras que al embalse entra agua desde el norte a razón de casi 28 mil m/3 por seg. En el puerto local, el nivel se situó 4 cm abajo, en 15,84 metros.

Por su parte, el pico de la creciente del río Paraná sigue avanzando hacia el sur, y llegará al Delta en unos diez días aproximadamente.

La peor noticia es que la creciente se cobró una vida más. La primera del río Paraná (las otras 6 corresponden a la creciente del Uruguay, en ambas orillas). Un adolescente de 17 años intentó ayudar a su padre de 57 años que había caído en un remanso mientras arreaban hacienda por el río, cerca de Diamante. Pero cayó del caballo. Finalmente, su padre fue rescatado en una lancha, la misma que sacó el cuerpo sin vida del muchacho.

En la ciudad capital, Paraná, el río homónimo alcanzó los 5.88 metros en el puerto local, lo que supera la etapa de evacuación. No hay evacuados oficialmente, pero sí viviendas y calles anegadas en los barrios Bajada Grande, Puerto Sánchez y Thompson.

En La Paz, también costa del Paraná, hay 200 personas evacuadas o más, ya que el gobernador Gustavo Berdet declaró que “ayer (por el miércoles 30) recorrió La Paz y hay unas 100 familias evacuadas”. En Concepción del Uruguay, unas 700; en Colón, 750; también hay evacuados en San José, mientras que en Federación, por las últimas lluvias, fueron evacuadas unas 100 personas. “La situación está bajo control en Federación, la inundación afectó principalmente a la zona ribereña, pero queremos informar que el parque termal y el parque acuático se encuentran en normal funcionamiento, mientras que el sector de playas no se encuentra habilitado”, informó la Secretaría de Turismo de esta última ciudad.

El gobernador Bordet dialogó con medios de prensa y recorrió los barrios afectados en la capital provincial. Dijo que la creciente de los dos ríos se comporta de forma distinta porque “el Paraná es mucho más caudaloso, crece de manera más lenta. El Uruguay corre más encajonado y crece y baja de manera muy rápida".

La cuestión promete complicarse cada vez más en el sur de Entre Ríos. En los últimos días, por efecto de los vientos, creció el Río de la Plata, lo que no permite desagotar la masa del Uruguay que desemboca en él. Esta retención de agua hizo crecer el nivel en el puerto local y pasar a la etapa de evacuación. Pero no han llegado aún los dos picos: la semana próxima hará su aparición allí el pico de Uruguay, y días más tarde, el del Paraná. “Los campos están saturados, por lo que no absorven más agua.

El 10% de nuestra población ya se ha autoevacuado, y muchos tienen planta alta en sus casas, típica construcción isleña, por lo cual, han subido muebles al piso superior y siguen viviendo sobre el agua, lo cual también es una situación complicada”, dijo a Clarín el intendente de Villa Paranacito, Gabriel García.

Allí, se trabaja en reforzar la infraestructura de los diques urbanos. “Hay que fortaecerlos no solo para que no desborden sino para que no revienten por la presión”, dice García. El lunes 4 llegará una dotación del Ejército Argentino para colaborar con esta tarea de los diques.

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