Viernes 22 de Noviembre de 2024

SALUD

1 de diciembre de 2015

Ortorexia: el boom del dietismo extremo

Su eje es la pureza y la perfección hasta tal punto que ha sido emparentada con el trastorno obsesivo-compulsivo. Esta especie de “adicción a la comida saludable” puede coexistir con la anorexia nerviosa.

Existe un límite entre lo que implica comer sano y lo que genera hacer de la alimentación la principal preocupación de tu vida. La persona que decide comer sano lo hace por diversos motivos; por ejemplo: bajar de peso, llevar un estilo de vida saludable o verse más bella, a la luz de lo que la sociedad hoy exige. Sin embargo, hay una gran diferencia entre éstos y los que desarrollan el trastorno alimentario conocido como ortorexia, que lejos está de ser una conducta saludable.

Esta nueva moda, que se suma a la de las dietas extremas, utiliza un término propuesto por el doctor Steven Bratman en 1997 y se asocia a otros trastornos alimentarios (como el evitativo/restrictivo) incluidos en el DSM V (Manual de enfermedades mentales, utilizado a nivel mundial) y puede ser considerada una variante de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

 

De qué se trata

En lugar de delgadez, su eje es la pureza y la limpieza. El DSM V, en su última versión, no lo incluyó  dado que en 2009 cuando se evaluaba la evidencia científica para incluir nuevas patologías en el manual, se consideró que faltaban estudios. Pero fue una cuestión de tiempo, ya que la sociedad, de la mano de la demonización, los escándalos mediáticos con agroquímicos, la desinformación respecto de la intolerancia al gluten y lactosa, el escepticismo científico, la subvaloración de la formación académica que genera que gurús de turno (muchas veces con intereses económicos o ellos mismos con ortorexia) y otras tantas confusiones colaboraron promocionando este trastorno tan peligroso.

La ortorexia se puede explicar como una fijación por comer sano que lleva a la persona a, por ejemplo, cargar con su propio tupper, quedar paralizado en el súper para elegir el brócoli menos tóxico, dejar de concurrir a reuniones sociales donde la comida no sea sana, no sentarse en la mesa con la familia para no ser criticado.

Lo complejo es que las personas con este trastorno alimentario eliminan grupos completos de alimentos (carnes, lácteos, cereales, lo que no es casero, etc.), sucesivamente o todos  juntos. Por este motivo, la ortorexia puede llegar a ser una especie de “adicción a la comida saludable”. Lo hacen en una búsqueda de limpieza, perfección, pureza.

Lo más complejo de todo, es que en un mediano plazo puede coexistir con anorexia nerviosa y  en casos severos, generar hambre oculta (déficit de minerales y vitaminas) o desnutrición.

Señales de alarma

Algunos indicadores para determinar si un hombre o una mujer está comenzando a desarrollar este trastorno son: pasar excesivo tiempo (más de 3 horas) pensando o preparando comida saludable; sentirse superior respecto de “otros” con diferentes hábitos alimentarios; seguir una dieta particular, bien rígida, con restricción de diferentes alimentos; asociar la autoestima con la adherencia a este patrón dietario (culpa al no cumplir, satisfacción al seguir los lineamientos impuestos) y convertir el comer en el eje central de la vida, en detrimento de otros valores, como la salud, las relaciones sociales, las actividades que antes se disfrutaban. 

Es necesario comenzar a tomar conciencia acerca de este trastorno. Por eso, es fundamental desarrollar un observatorio ético de prácticas en salud y nutrición a nivel nacional y provincial conformado por expertos.

Al momento, en nutrición se publican verdades a medias y mentiras que alimentan la ortorexia. Muchos líderes de opinión no profesionales asesoran sobre nutrición. Por otro lado, los medios o editoriales deberían poner en práctica estrategias de comunicación responsable, publicando y midiendo el impacto de lo publicado, y balanceando o equilibrando siempre la información con la opinión de expertos.

* Médica especialista en Nutrición, fundadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Municipal Dr. Carlos G. Durand y directora de los Cursos de Posgrado de Nutrición de la Universidad Favaloro.

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