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SALUD
10 de enero de 2025
Preparar el organismo antes de cualquier actividad física es esencial para evitar lesiones y mejorar el rendimiento
>Para quienes disfrutan del Según Por eso es importante tener en cuenta cuáles son los beneficios del calentamiento, los consejos prácticos para implementarlo correctamente y cómo complementar la actividad con elongaciones posteriores que alivien tensiones musculares y contribuyan a un mejor estado físico general.
La entrada en calor no es solo un ejercicio previo; es la base para garantizar que el cuerpo esté listo para soportar las exigencias físicas de un entrenamiento o competencia. Este proceso aumenta gradualmente la temperatura corporal, mejora la circulación sanguínea y eleva la frecuencia cardíaca de forma controlada, lo que facilita el envío de oxígeno y nutrientes esenciales a los músculos que estarán en acción. Entre los principales beneficios del calentamiento, se destaca la activación del sistema nervioso, lo cual mejora la coordinación muscular y permite realizar movimientos más precisos y controlados. Además, al preparar los músculos y articulaciones, se reduce el riesgo de lesiones comunes como desgarros o torceduras. Según un informe de la Sociedad Argentina de Cardiología, “el calentamiento ayuda a evitar picos repentinos de la frecuencia cardíaca, lo que puede ser perjudicial para el corazón, especialmente en personas con enfermedades cardíacas”.
Una entrada en calor eficaz no requiere una inversión significativa de tiempo, pero sí atención a ciertos aspectos clave. Según García, un corredor debería comenzar con un trote suave de entre 10 y 15 minutos, seguido de movimientos articulares y una ligera elongación para activar los principales grupos musculares.
En climas fríos, el calentamiento debe ser más largo e intenso, mientras que en épocas calurosas, es suficiente con una rutina más breve y suave para evitar el sobrecalentamiento. Además, es importante adaptar el calentamiento a la actividad que se realizará: un corredor que participará en una carrera de corta distancia debe incluir ejercicios dinámicos como estiradas o aceleraciones, mientras que quienes corren distancias largas pueden optar por un ritmo más relajado.Una vez finalizada la actividad física, la elongación es tan importante como el calentamiento inicial. Los estiramientos posteriores no solo ayudan a prevenir lesiones, sino que también reducen la tensión muscular, mejoran la flexibilidad y promueven una recuperación más rápida.
Según Lynn Millar, miembro del Colegio Americano de Medicina Deportiva, “a medida que envejecemos, perdemos fluidez y flexibilidad en las articulaciones y en los músculos”, por lo que estirar después del ejercicio es esencial para mantener estas capacidades. Las zonas clave a trabajar incluyen los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y la espalda baja, todos ellos afectados por el impacto del ejercicio.
La entrada en calor no es un lujo ni un paso opcional; es una herramienta indispensable para disfrutar del deporte de manera segura y eficiente. Complementar esta rutina con una adecuada elongación posterior asegura una experiencia deportiva más completa, reduciendo riesgos y mejorando el rendimiento en cada sesión. Al incorporar estas prácticas, el cuerpo y la mente estarán siempre listos para dar lo mejor en cada desafío físico.