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NACIONALES
5 de noviembre de 2020
El padre reclamó a empleados de la necrópolis, pero no le creyeron y desenterraron otra tumba que también había sido profanada.
Antonio Ríos, un ciudadano misionero de 54 años, fue hasta el cementerio municipal La Piedad de Posadas para visitar la tumba de Sergio, su bebé que falleció en 2003 y que desde entonces descansa en la necrópolis.
Al llegar, el hombre se encontró con la macabra postal. Habían profanado la tumba y se habían robado los restos de su hijo del interior de la parcela 142 y 140.
Ríos aseguró que cuando llegó a la parcela donde estaba su hijo (bebé fallecido en 2003) en la tumba en cuestión, y se encontró con un pozo con aspecto de haber sido excavado recientemente, con un montículo de tierra colorada removida a su lado.
Al pedir explicaciones al personal de administración de ese lugar, le manifestaron que el hoyo estaba hecho lindante al lugar donde descansaba su hijo. Sin embargo, personal de la supervisión del cementerio- y también de de excavación- procedieron a excavar la tumba lindante al pozo, pero no hallaron nada en su interior.
Tras la denuncia en la Comisaría Segunda, intervino el Juzgado de Instrucción 2, a cargo de Juan Manuel Monte, quien ordenó tareas de recolección de pruebas y evidencias. La Policía Científica peritó el lugar y efectivos de la división Cibercrimen se llevaron los equipos informáticos de la administración del cementerio para analizarlos.
Se trabaja con fotografías y planimetría", indicaron fuentes policiales mientras avanzan con el estudio de los elementos recogidos en ambas parcelas.
Asimismo, personal de la división Cibercrimen se hizo con los equipos informáticos y documentos de la administración del Cementerio La Piedad.
Si bien el caso aún está siendo investigado por las autoridades, el foco de las sospechas por la profanación de la tumba y la desaparición de los restos del difunto está centrado en el sector administrativo.
Lógicamente, el macabro hallazgo del padre de Sergio no pasó desapercibido por la comunidad. Así, vecinos de la capital de Misiones se expidieron a través de las redes sociales y algunos incluso dieron a conocer experiencias personales similares a la que atraviesa la familia Ríos.
"Mis hermanos mellizos estaban enterrados ahi. Un día fuimos y nos encontramos con nada", cuenta Lisi López. Y Elizabeth concuerda: "Con mi abuela hicieron lo mismo y jamás nos notificaron nada. Simplemente la sacaron".
"Es una pena pero, si no pagas durante en un período de cinco años, te sacan para colocar a otro fallecido. Hay que ver si estaban al día", relató Mercedes Salinas. Finalmente, Mabel Cristaldo concluye: "Venden los cuerpos para que estudien o hagan brujerías".