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24 de enero de 2020
Este jueves, los testigos identificaron a Máximo Thomsen y a Enzo Comelli como los principales agresores de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en Villa Gesell.
La investigación por el crimen de Fernando Báez Sosa dio un importante avance este jueves con la primera rueda de reconocimiento.
Con los diez rugbiers imputados cara a cara, los testigos del brutal ataque frente al boliche Le Brique marcaron a quien le pegó una trompada cuando Fernando estaba de rodillas, ya inconsciente, y a quien lo remató en el suelo pateándole la cabeza.
El primero es Máximo Thomsen (20) y el otro es Enzo Tomás Comelli (19), quien está imputado pero como “partícipe necesario”.
Si bien la fiscal Verónica Zamboni acusó como coautores a Thomsen y Ciro Pertossi (19), el segundo de ellos no fue reconocido durante la rueda de este jueves como uno de los atacantes.
Además, un peritaje identificó el modelo y tipo de zapatilla que quedó marcado en el rostro de la víctima y se conoció la mecánica de los golpes de los principales imputados.
Una huella de zapatilla
Luego de comparar la huella que dejó el golpe en el rostro de Fernando con los 10 mil registros acumulados en una base de datos, la policía científica de Tierra de Fuego pudo identificar el “modelo y tipo” de zapatilla con la que patearon al joven estudiante de abogacía.
“Codificamos las figuras geométricas, logotipos y leyendas y con esos datos filtramos la búsqueda en nuestros registros de patrones de suelas de calzado. Luego de obtener resultados, informamos a qué estilo, marca y modelo puede corresponder. Eso lo hacemos constantemente ante pedidos de otros gabinetes de Policía Científica”, explicó el subjefe de la policía Oscar Alfredo Barrios Kogan.
Por otro lado, se espera que el próximo lunes comiencen a analizar los celulares incautados a los 10 rugbiers. Sin embargo, los especialistas anticiparon que no será una tarea fácil dado que la mayoría de los teléfonos son iPhone, un modelo que representa una dificultad extra para los especialistas de la policía porque su sistema operativo es difícil de peritar.
Fernando Burlando, abogado de la familia del joven asesinado, consideró que “existen bastantes elementos” en la causa para condenar a los responsables del crimen a “prisión perpetua”.