Viernes
22 de Noviembre de 2024
VIOLENCIA DE GENERO
2 de junio de 2015
La Unidad Judicial de Violencia Familiar y de Género atendieron 671 casos durante 2014.
Mujeres asesinadas
2005: Griselda Verónica Vergara.
2006: María Romina Farías, Rocío Ubilla.
2008: Ana Belén Gómez Vega, Karina Valdez.
2009: Ernestina Santillán.
2010: Gloria Mónica Acosta, Sara Stec, Alejandra Argüello, Sonia Liliana Garabedian.
2011: Valeria Isabel Córdoba.
2012: Nélida Cejas.
2013: María Eugenia Rojas, María Rita Valdez, Susana Aguilar, Keyla Reynoso, Celeste Judith Moreno, María del Valle Condorí.
Ni Una Menos
La iniciativa #NiUnaMenos que ya cuenta con incontables adhesiones en todos los puntos del país, incluida Catamarca desde el paseo General Navarro (La Alameda), seguramente ganará las calles este miércoles desde las 17 y tendrá una amplia repercusión. Es un buen punto de inflexión para analizar qué debe cambiar en cada uno y en los demás, pero además de concientizar debería servir para que haya respuestas efectivas para las víctimas en los mecanismos del Estado y la Justicia.
A raíz de la convocatoria nacional bajo la consigna #NiUnaMenos, que tiene por objetivo la concientización sobre el femicidio, la erradicación de la violencia de género y la efectiva puesta en marcha de una ya existente ley de protección para las víctimas, es importante visibilizar las cifras locales de la temática.
De acuerdo a la Convención de Belém Do Pará, la violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado.
Durante 2014, la Unidad Judicial Especial de Violencia Familiar y de Género intervino en un total de 671 delitos, según se desprende del informe “Memoria 2014” que dio a conocer el Poder Judicial. A lo largo del año, recibieron un total de 628 denuncias y realizaron 8 actuaciones de oficio. La sede de esta unidad, que está a cargo de María Guadalupe Isi, se ubica sobre avenida Maximio Victoria casi esquina Echeverría.
La causa más frecuente por la que debieron labrar actuaciones y trabajar con las sobrevivientes fue por el delito de amenazas, que representaron un total del 45 por ciento de las causas (303 hechos) en las que tuvieron participación. En segundo lugar, se recibieron 180 acusaciones por infracción a la escueta ley 4943 de Violencia Familiar. Un poco más atrás viene el delito de lesiones, con 98 denuncias radicadas y el impedimento de contacto, con 66.
Ampliando el panorama, en las once Unidades Judiciales que conforman el Valle Central se radicaron 630 denuncias por violencia familiar, 4.477 por amenazas, 3.544 por lesiones (aunque en amenazas y lesiones el informe no discrimina si son hechos de violencia de género o no) y 155 por abuso sexual. Otros delitos como la violación de domicilio, la privación ilegítima de la libertad y el acoso aparecen con cifras ínfimas.
Del total de 24.542 delitos que fueron denunciados, los hechos de violencia de género representan menos del 30 por ciento, lo cual no quiere significar que no existan o que son pocos, sino que aún no se denuncian muchos de los casos.
Asistencia a la víctima
En calle Maipú Nº 660 (entre República y San Martín) se encuentra la oficina de Asistencia a la Víctima de Delitos. De acuerdo a las estadísticas disponibles, el 79 por ciento de los casos asistidos el último año fueron por hechos violentos (302 de un total de 382). Segundo en cantidad aparecen nuevamente las amenazas (18 hechos) y luego el abuso sexual (11).
Femicidio
Desde finales del año 2012, se incorporó en el Código Penal el femicidio como agravante del homicidio. El mismo condena con reclusión perpetua al hombre que cometa un crimen contra una mujer y mediare violencia de género.
En Catamarca, desde esta modificación se realizó una sola condena por femicidio y dos casos con esta calificación legal se encuentran a la espera de una fecha para juicio.
El único condenado con este agravante fue Andrés Quiroga, “Negro La Carpa”, quien prostituía a su pareja María Rita Valdez, quien lo denunció reiteradas veces. Cuando la mujer comenzó a separarse de él, Quiroga la asesinó, desmembró su cuerpo y lo arrojó al dique El Jumeal. El hallazgo de sus extremidades ocurrió en marzo de 2013.
Aguardando ser juzgado se encuentra Manuel “Manolo” Hernández, quien confesó en indagatoria haber violado y asesinado a Keyla Reinoso, una nena de 13 años que vivía en Fiambalá, departamento Tinogasta, el 14 de diciembre de 2013.
Idéntica suerte espera Damián “Bebe” Cano, quien ya carga una sentencia perpetua por asesinar a la madre de su exnovia, Susana Aguilar. Cano también presuntamente apuñaló reiteradas veces a la psicóloga María Eugenia Rojas en el departamento de ésta. Al abandonar la escena de crimen intentó prender fuego el lugar. Esto ocurrió el 29 de enero de 2013 y se presume que el debate podría empezar en el transcurso de estos meses.
Antes de que se establezca la figura del femicidio, los crímenes contra mujeres fueron numerosos en el ámbito provincial (ver “Mujeres asesinadas”). Los mismos fueron cometidos generalmente por parejas o exparejas y si bien varios fueron esclarecidos, otros aún permanecen impunes. En casos como el de Sonia Liliana Garabedian, cuya madre anticipó que vendrá a Catamarca para participar de la marcha del miércoles, la causa fehaciente de su muerte aún se discute en un expediente.
Naturalizado
De acuerdo a los datos recabados por la ONG La Casa del Encuentro, un ente no oficial que elabora estadísticas sobre femicidios y violencia de género (ya que no existen cifras oficiales), cada 31 horas se mata a una mujer en nuestro país. En 2014, 277 mujeres fueron asesinadas y en 9 de cada 10 casos, el agresor fue una pareja o ex.
Fabiana Tuñez, directora ejecutiva de La Casa del Encuentro, manifestó días atrás a la agencia Infojus que la violencia de género es “una conducta que hemos aprendido desde pequeños, basada en desigualdades entre varones y mujeres asignadas por la cultura imperante [...] Estas cuestiones van marcando diferencias que van desde lo sutil hasta los golpes”. “En pleno siglo XXI, la mujer es considerada un objeto que le pertenece siempre a alguien, desde el apellido que nos ponen -del padre o el marido-, aunque ahora se puede elegir”.