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SOCIEDAD
14 de junio de 2019
Tres sacerdotes están imputados por abuso sexual y arriesgan una pena de 50 años de prisión.
Después de largos meses de espera, la Justicia puso fecha para el que será uno de los juicios más importantes de Mendoza: se sentarán en el banquillo de los acusdos Nicola Corradi, Horacio Corbacho y Armando Gómez. Los tres están imputrados por abuso sexual contra alumnos del Instituto Antonio Próvolo, que funcionaba en Luján de Cuyo.
De acuerdo a la información aportada por el Ministerio Público, el proceso arrancará el 5 de agosto y se extenderá durante varios días. Se espera que concluya el 30 de agosto y que todas las audiencias se desarrollen durante la mañana: desde las 8:30 hasta las 13 hs.
En esta oportunidad se juzgará a 3 personas, pero luego deberán iniciarse otros juicios, ya que también deberá responder a la Justicia la monja Kosaka Kumiko y los directivos y administrativos del Instituto Antonio Próvolo.
¿Cómo arrancó todo?
La primera denuncia se registró en noviembre del 2016. Fue la senadora Daniela García quien recibió a Luis Batistelli, el presidente del Movimiento de Sordos de Mendoza. El hombre le manifestó la grave situación por la que estaban atravesando alumnos: eran abusados en la institución.
La legisladora fue a la Justicia y allí se inició un largo proceso que terminó con tres causas: en la primera se investiga por abuso sexual a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho y al ex administrativo Armando Gómez. En la segunda causa, la imputada por encubridora y también por abuso es la monja Kosaka Kumiko.
En la tercera, se investiga la responsabilidad de la ex representante legal del Instituto, Graciela Pascual. En este último caso, la justicia considera que la mujer no denunció la situación, a pesar de estar en conocimiento de lo que sucedía. En total, son 14 las víctimas y los hechos, 49.
Cabe destacar que en el caso ya está condenado Jorge Bordón, el monaguillo que accedió a un juicio abreviado. El sindicado aceptó los cargos de abuso sexual con acceso carnal y ahora afronta una pena de 10 años de prisión con cumplimiento efectivo. Puntualmente, se lo consideró como "la mano derecha de Corradi".