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SALUD
14 de mayo de 2015
Un estudio español confirmó que esos dos pilares de la dieta mediterránea retrasan el deterioro cognitivo.
La dieta mediterránea cierra por todos lados. A los ya conocidos beneficios para la salud del corazón y hasta para la juventud genética, un nuevo estudio confirmó que el consumo de aceite de oliva virgen y frutos secos, dos de sus pilares, retrasa el deterioro cognitivo de las personas asociado al envejecimiento.
La investigación realizada en el Hospital Clinic de Barcelona, España, demandó un seguimiento durante cuatro años de 447 hombres y mujeres de una edad promedio de 67 años al inicio, todos sanos a nivel cognitivo pero con alto riesgo cardiovascular. Los médicos los dividieron en tres grupos y les asignaron una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, una dieta mediterránea con un extra de frutos secos y una dieta control baja en grasa.
Tras cuatro años de seguimiento de los voluntarios, los médicos evaluaron la función cognitiva mediante test neuropsicológicos al inicio y al final de la pauta alimentaria asignada y comprobaron que había una mejora de la función cognitiva en los participantes que siguieron la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva y frutos secos respecto en comparación con aquellos que habían seguido la dieta control, en quienes se constató un deterioro cognitivo. La mejora, según se constató, era independiente de variables como la edad o el sexo.
Según Emilio Ros, miembro del servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital catalán y coordinador del estudio, la dieta con frutos secos fue más eficaz para mejorar la memoria, mientras que la de aceite de oliva influyó de forma favorable en la cognición frontal (encargada de la función ejecutiva).
"Estos efectos beneficiosos de la dieta mediterránea son probablemente debidos a la gran cantidad de agentes antiinflamatorios y antioxidantes que proporciona", subrayó Ros, quien además destacó que es la primera vez que en un ensayo clínico de estas características se relaciona los cambios en el deterioro cognitivo con los hábitos alimenticios.
El estudio estuvo enmarcado dentro del proyecto PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) y sus resultados fueron publicados en la revista JAMA. Sobre su relevancia, el especialista consideró que el aumento en la frecuencia de las enfermedades como el Alzheimer u otros tipos de demencia asociadas a la edad avanzada vuelven una prioridad la necesidad de encontrar estrategias sencillas para prevenirlas o bien retrasar su aparición.