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ABORTO
23 de julio de 2018
La polémica obra teatral revolucionó la ciudad santafesina de Rafaela. El obispo Luis Fernández dijo que es "un agravio al espíritu religioso".¿Arte o provocación innecesaria?.
La pieza recreaba una misa con la interacción del público. En un determinado momento, parte del elenco subió al escenario una imagen gigante del papa Francisco y de la Virgen María. Sobre ellas, dos personas desnudas colocaron los icónicos pañuelos verdes a favor del aborto legal e invitaron a los espectadores a recorrer el espacio.
Mientras algunos no podían salir de su asombro, hubo quienes aplaudieron celebrando la hazaña y quienes manifestaron su rechazo al calificar la propuesta como una ofensa para los católicos.
El repudio por parte de las autoridades eclesiásticas no se hizo esperar. A través de un comunicado el obispo de Rafaela, Luis Fernández, consideró que es "un agravio al espíritu religioso" y agregó que "no colabora con la pacificación anhelada de nuestra sociedad".
"Deseo dejar en claro nuestro respeto y defensa de la libertad de expresión artística, pero con la misma fuerza creo que no se tuvo en cuenta el respeto a los hombres y mujeres que profesamos la fe de los cristianos, y que su libre ejercicio y expresión constituyen un derecho debidamente garantizado por la Constitución Nacional", remarcó el representante de la Iglesia.
Con la polémica instalada , un grupo de católicos pidió una reunión con el intendente Luis Castellano para pedir explicaciones de lo que consideraron una ofensa para su comunidad. El jefe municipal aún no hizo declaraciones públicas.
Dios también se presentó en Buenos Aires,en el Centro Cultural Recoleta. En esa ocasión, la promoción aclaraba que podía "herir la sensibilidad religiosa, moral e ideológica del espectador. Queda bajo su decisión ingresar a la misma. Prohibida para menores de 18 años".
"Dios es casi un homenaje a León Ferrari, aunque en realidad es un homenaje al Papa. Y trabaja con la idea de la corporación ‘iglesia’, donde lo que opera son las corporaciones. Son las construcciones de poder que operan todo el tiempo. Vamos a hablar de lo que no se habla. Ahí es donde el arte entra y se pone en tensión, interpela. Pero también es un refugio donde podemos sentir cierta complicidad", explicó hace un tiempo el director de la obra, Lisandro Rodríguez.