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SALUD
26 de marzo de 2018
El consumo de sal en el país supera ampliamente las recomendaciones: se ubica entre 9,8 y 12,7 gramos por día, cuando la sugerencia de OMS es menos de 5,5 gramos diarios.
En el marco de la Semana Mundial de Sensibilización sobre el consumo de sal, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) advirtió que “de acuerdo a estas cifras, estamos entre los países con mayor consumo de sal de América”, según alertó Walter Espeche, médico (MP 115064) y vocal de SAHA.
Esta situación es un dilema para la salud pública, ya que cuenta entre los factores más proclives a generar hipertensión arterial (HTA). Además de los alimentos ya muy conocidos por su excesivo contenido de sodio, como los embutidos y los productos de copetín, existen otros potencialmente más peligrosos porque contienen “sal oculta”.
“Estos alimentos a veces ni siquiera tienen gusto salado y pertenecen a dos grandes grupos: los panificados (pan, galletitas dulces y saladas, medialunas, facturas, tortas, budines y pizzas) y los quesos. En conjunto son responsables de la mayor parte del sodio que consumimos en el día. Por suerte hay cada vez más variedades de panificados y quesos que vienen sin sal agregada”, señaló Jessica Barochiner, médica (MN 110606) y vocal de SAHA.
Los niños que consumen altos contenidos de sal durante su infancia “tienen mayor predisposición a la elevación de la presión arterial y posibilidades de padecer hipertensión y obesidad. Para reducir el consumo en el hogar hay que evitar el agregado de sal en la preparación de las comidas, no poner saleros en la mesa, limitar el consumo de snacks o alimentos elaborados, y consumir productos de bajo contenido de sodio”, puntualizó Judith Zilberman, médica (MN 82159) y presidenta de la misma Sociedad.
En Argentina rige la ley nacional N° 26905, sancionada en 2013, que establece metas de reducción del consumo de cloruro de sodio con valores máximos permitidos para los productos cárnicos y derivados, farináceos y sopas.