Sábado 23 de Noviembre de 2024

POLITICA

11 de septiembre de 2017

La crisis de la “grieta” ensancha la “avenida del medio”

Tanto el gobierno como el kirchnerismo viven un septiembre negro. Su confrontación autodestructiva deja una franja cada vez más amplia de la población en busca de una representación política.

Transcurrido un mes de las PASO, la dinámica política de polarización extrema entre Cambiemos y el kirchnerismo no hizo más que agudizarse, alcanzando su máxima expresión con la desaparición de Santiago Maldonando, para algunos perpetrada por orden directa de Macri (al que parangonan como la dictadura), mientras que del otro lado se la atribuye a una confabulación entre el “narcotráfico, la izquierda y Cristina Kirchner”, como esgrimió una delirante diputada.

Como en un juego de espejos, ambas visiones del mundo hacen de la confrontación un objetivo político en sí mismo, con el que buscan diluir las falencias y errores propios en la miserias y desatinos del otro. Es así que al caso del joven artesano se contrapone la terrible desaparición de Julio López hace más de 10 años o se disimula el avance de causas contra la expresidenta con supuestos hechos de corrupción de Macri y sus ministros, que viven, es cierto, en un constante conflicto de interés, por usar un eufemismo.

No obstante, una seguidilla de malas noticias para unos muestra el agotamiento de la “grieta” y deja vacante un espacio que debe ser ocupado por un nuevo liderazgo.

Macri y su septiembre negro

El gobierno se encamina a redondear un verdadero septiembre negro, por el pésimo manejo del caso Maldonando, donde nunca pudo dimensionar la repercusión nacional e internacional que se generaría y apostó a que rápidamente el tema saldría de la agenda. Ahora va por la teoría del “lobo solitario” y seguramente en los próximos días un grupo de gendarmes serán llamados a indagatoria.

De la misma manera, la economía está lejos del optimismo se propala en el relato oficial: la tímida recuperación sólo logrará retomar niveles previos a la asunción de Macri y la inflación está lejos de poder controlarse. El índice que elabora el Congreso Nacional, principalmente por parte del Frente Renovador, dio a conocer que la suba de precios de agosto se ubicó en el 1,5 por ciento, acumulando en 2017 un 15,7 por ciento.

 

Cristina y Macri, una confrontación que beneficia a ambos.

La meta del Banco Central, que hasta hace pocos días seguía defendiendo Federico Sturzenegger de entre 12 y 15 por ciento de inflación parece cada día más ridícula. A este ritmo, si se suman las subas de tarifas y naftas previstas para noviembre, el alza de los precios puede cerrar el año cerca del 30 por ciento, es decir los mismos valores que en los peores años de Cristina Kirchner.

 Otra fuente de malas noticias podría ser el fútbol, justo el terreno que mejor conoce Macri y desde donde se proyectó a la política por su exitosa gestión en Boca. Tras cosechar dos magro empates en la última fecha de las eliminatorias, la selección argentina tendrá un partido decisivo el próximo 5 de octubre frente a Perú por un lugar en el mundial de Rusia, aunque sea jugando un repechaje contra el mejor de Oceanía.

Los jugadores y el técnico presionaron para cambiar la sede del encuentro y según pudo saber ARG Noticias que se jugará en la Bombonera, por lo que el presidente se arriesgará a cargar con el costo de una eliminación. En los despachos oficiales conocen el riesgo, pero apuestan a una clasificación épica en la cancha que modernizó Macri.

Otro frente que se sumó en las últimas horas son las inundaciones en la provincia de Buenos Aires y el conurbano, por las que se estima que se perderá un millón de hectáreas, según previsiones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, lo que redundará en menos exportaciones y menor ingreso de dólares a una economía que los necesita cada vez con más urgencia, por más que los en los medios parezcan más importantes las consecuencias del huracán Irma en Miami.

Asimismo, en muchos de esos distritos del interior bonaerense, donde los candidatos de Cambiemos se impusieron holgadamente en las PASO, habrá en octubre un electorado con el agua bajo sus pies que podría inclinarse por otras opciones.

 

Cristina, entre noticias judiciales y el rechazo de los intendentes

La única forma en que el gobierno cree que puede superar la compleja realidad que le toca afrontar es confrontando con una Cristina Kirchner que en el imaginario de los votantes esté en condiciones de ganar las elecciones de octubre. Para ello ensalzan su figura y hasta la elogia el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba: la necesitan.

Pero cada día que pasa su situación judicial se vuelve más compleja. El juez Claudio Bonadío unificó las dos causas en torno de la denuncia del fiscal Alberto Nisman (una por encubrimiento y otra por traición a la patria) por lo que se descuenta que en los próximos días dará curso al pedido del fiscal Gerardo Pollicita y la llamará a indagatoria, mientras la causa Hotesur sigue sumando pruebas y aguarda para ser elevada a juicio oral, el primero por corrupción contra la expresidenta.

Mientras tanto, en el bunker del instituto Patria, donde pisa fuerte Oscar Parrilli, no logran dar con un formato de campaña de cara a las elecciones. Cuando parecía que el nuevo esquema de recorridas de campaña era mostrarse con intendentes y referentes locales, como pasó el viernes en Avellaneda, al día siguiente Cristina visitó a una familia en La Plata, una imagen más parecida a los “timbreos” del PRO que a la liturgia peronista.

 

10 años atrás, ella presidenta y él flamante jefe de gobierno porteño.

El problema es que los intendentes comienzan a rebelarse ante lo que ven como una derrota segura. Mientras algunos tiran líneas con el massismo y hasta postulan una inexorable unificación del peronismo post octubre, otros jefes comunales, heridos por la estéril confrontación con La Cámpora, directamente rechazan el desembargo de la expresidenta en sus territorios.

El modelo de la “grieta” está terminado. La gran pregunta es quién podrá representar a la numerosa franja de la población que no comulga con ninguno de los dos extremos y no se resigna a no encontrar una opción política que se ocupe de sus problemas concretos, sin “relatos” ni funcionarios prepotentes que no conceden el más mínimo resquicio para la crítica. Esa “ancha avenida del medio” que no para de ensancharse.

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