La noticia comenzó a circular fuerte el viernes pasado a partir de un tuit del periodista de Jorge Rial. Arg Noticias pudo confirmar que Juan José Aranguren dejó la casa familiar de San Isidro y se habría instalado en un departamento céntrico. El motivo: su mujer, Cintia Luz Peralta, con quien lleva 40 años de casado y tiene dos hijos, se habría enterado de que el ex Shell mantendría una relación estrecha con una joven funcionaria. 

Algunos van más lejos y hasta hablan de una excolaboradora de Mariana Matranga, quien ocupó la secretaría de Energía durante los últimos meses del gobierno de Cristina de la mano de Axel Kicillof.  

No sería la primera vez que el hombre que maneja los destinos energéticos de país tiene este tipo de conductas, tan alejadas de la imagen pública que siempre brindó de tipo pulcro, centrado y familiero. Quienes conocen a “Juanjo”, como le dicen sus amigos, aseguran que siempre tuvo una marcada debilidad por la belleza femenina.

El ex Ceo de Shell es padre de Juan Patricio, economista (trabaja en Cencosud) a quien él definió en una entrevista como un joven con “un impresionante don de gentes”, y María Luz, ingeniera industrial que lo hizo debutar como abuelo con Luca Benicio.

Los amigos de la familia señalan que su nieto es una de las mayores debilidades de Aranguren y a pesar del ajetreo diario que le significa su cargo, trata de no perderse los detalles del crecimiento del pequeño. 

Cuando el ministro estaba en el ojo de la tormenta por manejar la política energética y la vez ser accionista de Shell e incluso dentro del propio gobierno muchos colegas de gabinete sostenían por lo bajo que era “inexplicable” que las vendiera, la respuesta siempre era la misma: “la mujer no quiere saber nada con que se desprenda de las acciones”.

Finalmente, la Oficina Anticorrupción que dirige Laura Alonso le “recomendó” que las venda y así lo anunció el propio Macri en el promocionado mini Davos. Luego, el propio ministro brindó detalles de la operación a través de un comunicado de prensa. A su mujer pareció no agradarle la decisión pero debió aceptarla como parte del costo que implica la vida pública, aunque no estaría dispuesta a tolerar comportamientos “impropios” en el ámbito familiar.

“Es todo un mal entendido, Juanjo se fue de la casa hasta poder aclararlo y para que se calmen los ánimos”, explica alguien que conoce la intimidad del funcionario y desmiente que haya existido una infidelidad.

No ha sido un año fácil para Aranguren, el ministro de Macri que más veces renunció por desastrosa aplicación del tarifazo energético, uno de los mayores conflictos que tuvo el Gobierno desde que comenzó la gestión y sin dudas el que más costo político le hizo pagar.

Sin embargo, el presidente siempre le ratificó su apoyo e incluso era terminante cuando alguien le sugería su relevo. “Yo pienso igual que Juanjo y estoy de acuerdo con cada una de las medidas que tomo”, era la respuesta que más repetía. 

Este no es el primer escándalo amoroso de un miembro del gabinete de Mauricio Macri. A principios de años las revistas del corazón revelaron la relación entre el ministro de Producción, Francisco “Pancho” Cabrera y la actriz Juanita Viale. 

Si bien este caso no se trata de personajes de la farándula, nadie pasa por alto que para quienes están en la primera línea de la política una separación conflictiva puede ser un gran dolor de cabeza