Viernes 22 de Noviembre de 2024

GASTRONOMIA

5 de agosto de 2016

¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Cerveza?

Con el objetivo de celebrar a la bebida compañera en cualquier tipo de reunión, los amantes de la cerveza le rinden homenaje con fiestas diversas. Su origen se remonta a 5000 años atrás.

Cada primer viernes de agosto, el mundo celebra el Día Internacional de la Cerveza. Se incorporó al calendario de "festividades curiosas" en el año 2007, cuando un grupo de amigos residentes de Santa Cruz, California, decidió dedicar esta fecha para rendirle un homenaje a esta bebida que acompaña en reuniones, eventos y celebraciones de cualquier tipo. Pero lo que fue un evento organizado en un pequeño pueblo del oeste de los Estados Unidos hoy se convirtió en una gran fiesta que se celebra en 207 ciudades de 50 países, en los 5 continentes. Y Argentina no se quedó afuera.

Los "objetivos" del Día Internacional de la Cerveza no son más que reunirse con amigos, disfrutar del sabor de esta bebida, honrar a los Maestros Cerveceros y celebrar a las cervezas de todas las naciones en un solo día. Pero no solo los amantes de esta bebida espumosa celebran su día, la fecha se dedica también a aquellos que sirven cerveza durante todo el año y a quienes la elaboran. 

Un día en la historia

La cerveza es compañera en celebraciones, en la mesa, en las vacaciones pero... ¿Cuál es la historia de esta bebida? Te sorprenderá saber que es una de las más antiguas de las que haya registro. Según hallazgos arqueológicos, su origen se remonta a 5000 años atrás, en la región de los valles convergentes de los ríos Tigris y Éufrates, entre los que se encontraba la antigua Mesopotamia. Los pobladores elaboraban un líquido de carácter ritual, a partir de un pan de cebada que era disuelto en agua. Un milenio posterior, datos prueban que los chinos fueron artesanos del “kiu”, bebida desarrollada con cebada, trigo, mijo y arroz.

En la América prehispánica, los conquistadores observaron que algunos pueblos aborígenes del Nuevo Mundo bebían un líquido de índole sacra, elaborado a partir del maíz (la conocida “chicha” en el norte argentino) o de la mandioca.

En la Argentina, la tradición cervecera tiene más de dos siglos y medio de historia. Los historiadores señalan 1742 como el año de la creación del primer establecimiento cervecero local, ubicado en Retiro, ciudad de Buenos Aires. Por 1844, comienza a sofisticarse el comercio del producto: La Gaceta Mercantil muestra las primeras publicidades del sector, que remarcan las características nutritivas de esta bebida y el carácter festivo que rodea al hecho de beber cerveza.

En 1855 Emilio Bieckert, de familia de cerveceros, trajo de Europa sus conocimientos y trabajó en la cervecería Santa Rosa, propiedad de Juan Buckler. Tres años después, el alemán Otto Peter Friedrich Bemberg fundó en Quilmes, provincia de Buenos Aires, la Brasserie et Cervecerie Quilmes, firma que el 31 de octubre de 1890 tiró su primer chopp de cerveza.

Bebida sana y que hace feliz

La cerveza es una bebida alcohólica fermentada a base de cereales que se caracteriza por su sabor amargo y sus burbujas. Está compuesta por cuatro ingredientes fundamentales: cebada, levadura, agua y lúpulo. El sabor y color final depende tanto del método de elaboración como de los ingredientes utilizados, de ahí que existan variedades distintas.

Algunos datos curiosos de la bebida que hace feliz:

* La famosa “barriga cervecera” es un falso mito. Según estudios, el consumo moderado de cerveza no altera el peso ni la masa corporal, y que no contiene grasas y aporta menos calorías que los refrescos habituales.

* El consumo moderado de cerveza en adultos sanos corresponde con unos 66 cl diarios para los hombres y la mitad de esta cantidad para las mujeres.

* Contiene sales minerales, fibra, carbohidratos, micronutrientes y vitaminas, especialmente del grupo B, importantes para un equilibrio nervioso adecuado, la formación de hemoglobina y la disminución de la homocisteina (factor de riesgo cardiovascular). Un tercio al día aporta el 10% de las necesidades diarias de ácido fólico.

* Los bebedores moderados tienen un riesgo hasta 60% menor de sufrir ataques cardíacos que los grandes bebedores o abstemios.

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