Sabado
23 de Noviembre de 2024
¿LO SABIAS?
13 de junio de 2016
Guia para quienes deciden dar el paso a la independencia
La independencia es, seguramente, el momento más esperado por toda persona de edad adulta. Y es que salir de casa de tus padres te permite alcanzar esa sensación de libertad que sólo te da el no tener que dar explicaciones de lo que haces o dejas de hacer en tu vida. Ya seas universitario o trabajador y vayas a vivir solo o con compañero de piso, independizarse es un gran paso que saca a la luz durante los primeros años tus mayores defectos y tu lado más vago y torpe.
Quizás el mayor drama para una persona recién independizada es entender como funciona el maldito lavarropas. Porque si en tu casa tus padres te han enseñado cómo poner la ropa, vas con un capítulo de ventaja, pero tu inexperiencia te hace mezclar colores, poner demasiado jabón o muy poco suavizante y usar un programa de lavado random, por lo que seguramente te cargarás más prendas de las que puedas comprar.
Si el paso de la lavadora ya es un caos, cuando la tiendes y sacas las camisas más arrugadas que un acordeón debes enfrentarte a otro problema: la plancha. Aquí da igual las clases que te hayan dado, que cuando consigas dominarla tendrás 24 nietos. Al menos haces el intento, pero lo más seguro es que la uses una vez y no más.
Si eres un amante de los asados tendrás medio proceso de adaptación superado; sino, bienvenido/a al club de la pasta, las pechugas de pollo y las pizzas. Dieta equilibrada, la llaman. Cuando eres torpe y vago, el placer de comer se convierte en un sufrimiento cuando tienes que cocinarte cada día.
Por eso tendrás entre los números más marcados el del chino, la pizzeria o el de la rotiseria, amarás sobre todas las cosas los imanes con los numeros de delivery y verás más a menudo al repartidor de comida que a tus amigos.
Cuando vives solo tu heladera está más vacía que una sauna en enero. Y es que ir a hacer la compra al supermercado, entre poco tiempo que tienes y las señoras que lo copan día sí y tarde también, es un suplicio. Bendito microondas.
Si consigues que la pila de la cocina no contenga ni vasos ni platos durante un par de minutos y que el baño esté limpio algunos segundos más, puedes marcar ese día como festivo nacional en el calendario. Porque vivas solo o con compañeros de piso, corres el riego de traspasar la línea de Síndrome de Diógenes siempre.
La excusa perfecta para cuando tu madre va a verte. Porque antes tenías que improvisar un poco sobre la marcha, pero ahora puedes regodearte de tu vaguería con la excusa de la salud. Te obligas a hacerla cuando vienen visitas para dar imagen de independizado responsable, pero poco más.
Independizarte te hace madurar a golpes. Y es cierto que las primeras veces que te encuentras una cucaracha por tu piso llamas a tu madre con desesperación y tienes ganas de empaquetar y volver a casa, pero has dado el paso hacia la madurez y no puedes volver atrás.
Cuando decidiste irte a vivir solo no pensabas que hacerse cargos de las facturas fuera tan difícil. Luz, gas (y sus respectivas inspecciones), agua, internet, celular y demás gastos que te hacen dar el salto a la vida adulta a golpe de transferencias y cuentas en números rojos. Entre facturas interminables, alquiler, compra y tu precario sueldo, pasas a ahorrar más que un pensionista y a mendigar a tus padres.
El amor más duradero y real de un recién independizado es y será el tupper. Y es que las visitas a casa de tus padres y abuela serán la base de tu subsistencia. Nunca pensaste que pudieras querer tanto a un cacho de plástico.
Te quieres independizar???? mucha suerte entonces!!!!!!