Sábado 23 de Noviembre de 2024

SALUD

10 de junio de 2016

La leche no sólo influye en su crecimiento

La semana pasada se celebró a nivel global el Día Mundial de la Leche. Con motivo de esta conmemoración, desgranamos su importancia no sólo como alimento esencial de una dieta saludable sino también como vehículo para conseguir un mejor equilibrio nutricional.

Los grandes beneficios

Sin duda, el calcio es el componente que más asociamos a la leche, ya que es la principal fuente de este mineral en nuestra dieta. Además, debido a su alta biodisponibilidad, actúa conjuntamente con la vitamina D y el fósforo, entre otros, potenciando los efectos positivos de estos nutrientes en nuestra salud. Pero ojo, durante la infancia y adolescencia no hay que tomarse los vasos de leche tan sólo para crecer, sino también para que los huesos (e incluso los dientes) se mantengan fuertes y, con ello, podamos prevenir la aparición de enfermedades en la edad adulta como la osteoporosis.

¿Y en las demás etapas de la vida? También es muy importante. Ya desde el embarazo, y el periodo de lactancia, una ingesta inadecuada puede influir en el menor crecimiento y desarrollo del bebé. Al igual que en la niñez, la adolescencia y el periodo pre-puberal también tiene unas demandas nutricionales específicas. El cuerpo experimenta un desarrollo sin precedentes, por lo que necesita ingerir calcio y hierro en cantidad suficiente para crecer, desarrollar el cerebro e incluso el sistema inmune. Y ya entrados en la edad adulta, una ingesta adecuada nos puede aportar la energía, vitaminas y minerales necesarios en el día a día, además de ayudarnos a mejorar las defensas de nuestro organismo y a reforzar la prevención de enfermedades, como las cardiovasculares.

Suspenso en Omega-3

¿Y si la leche contuviera más beneficios de los que crees? Seguro que has oído hablar de las leches enriquecidas pero lo que no sabes es que, debido a su composición nutricional mejorada, facilidad de uso y la alta penetración en los hogares, pueden ser un vehículo idóneo para, siguiendo las pautas de una dieta sana y equilibrada, llegar a las recomendaciones diarias de nutrientes tan esenciales para la salud como los ácidos grasos poliinsaturados Omega3.

Omega-3

Organismos como la FAO recomiendan una ingesta diaria entre 150-250 mg/día de este tipo de nutrientes en niños de 4 a 6 años, mientras que en adultos debería alcanzarse los 250 mg/día y hasta los 350 mg/día en el caso de grupos especiales como las embarazadas. Unas cifras que podríamos llegar a conseguir si consumiéramos al menos 2-3 raciones de pescado graso azul a la semana, complementándola con otros alimentos ricos en Omega 3 como los frutos secos. Sin embargo los datos recogidos en el último informe elaborado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición, evidencian cómo la mayoría de familias no llega a los niveles adecuados, siendo unos datos “preocupantes”.

“Es fundamental que la población comprenda que a través una ingesta adecuada de estos ácidos grasos, estará invirtiendo en calidad de vida y tomando una parte activa en su propia salud, al minimizar el riesgo de aparición de enfermedades que puedan comprometer seriamente su bienestar”, comentan los especialistas. Además, debemos ser conscientes de la importancia de cumplir con estos niveles desde edades muy tempranas, “ya que contribuyen al adecuado desarrollo cerebral, así como a la agudeza visual en los niños, por lo que es un nutriente que ha de estar presente en la dieta desde los primeros días de vida”.

La mayoría de hogares españoles no cumple una dieta equilibrada a nivel nutricional, por lo que tenemos que intentar llegar a estos niveles aumentando la ingesta de aquellos alimentos donde más podemos encontrar este tipo de ácidos grasos fundamentales, como el pescado azul, o de aquellos productos que conllevan un extra de Omega3, como la leche enriquecida. Por lo tanto cada vaso de leche puede tener múltiples beneficios y, además, puede servir también como vehículo idóneo para llegar al objetivo de mejorar nuestra alimentación cada día.

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