Sin excusas: ejercicios aptos para la oficina
Es sabido que estar ocho horas sentado no le hace bien a nadie, pero ahora lo confirmaron los expertos: no importa cuántas horas vayas al gimnasio o cuánto deporte hagas, no levantarse de la silla es dañino.
Hay personas que recurren a la solución extrema de trabajar paradas en un escritorio especial. Si no te atrevés o disfrutás de tu silla, no te preocupes. Hay ejercicios que se pueden hacer en la oficina disimuladamente y que balancean los efectos negativos de la vida sedentaria de oficina.
Aún así, no es mala idea aprovechar la hora del almuerzo para ir a dar una caminata rápida. Y desde ya te avisamos que no, ¡mirar vidrieras no cuenta!
Aquí, tips y ejercicios para ser un poco menos sedentario en el trabajo, quemar unas cuantas calorías y fortalacerte:
- Cuando te suene el teléfono, no lo atiendas sentado en tu escritorio. Pararse y caminar un poco, aunque sea en el lugar, acelera tu metabolismo.
- Cuando estés en la fotocopiadora, en vez de esperar, aburrido, a que termine, incorpora un ejercicio de piernas. Levanta el talón hacia el glúteo opuesto, y repite con la otra pierna. Diez repeticiones.
- Un vaso de agua pequeño y un tacho de basura alejado de tu escritorio son grandes aliados para hacerte caminar más: básicamente cada vez que necesites servirte agua o tirar algo a la basura.
- No al baño de tu piso. Solamente usa los de otros pisos para sumar pequeñas caminatas a lo largo del día.
- Adiós al ascensor, hola a las escaleras. No usar el ascensor ayuda a generar músculo en las piernas y quema calorías.
- Sentada en la silla: extiende una pierna hacia adelante, mantén la posición dos segundos, cambia de pierna. Quince repeticiones.
- Círculos con los hombros: “dibujar” círculos con los hombros, como intentando que se toquen el uno al otro, es beneficioso para los brazos y la espalda.
- Cuando nadie te ve: un minuto de saltos. Abriendo y cerrando brazos y piernas, salta enérgicamente durante sesenta segundos.
- El abdominal al revés: siéntate en el borde de la silla y apoya las manos en el apoyabrazos. Con las rodillas juntas, intenta levantarlas en el aire, lo más arriba que puedas. Diez repeticiones.
- Adiós a la silla, hola a la exercise-ball. Si te atreves a reemplazar tu silla por una pelota de hacer ejercicio, vas a trabajar tu equilibrio y el torso, absolutamente todo el día, sin esfuerzo extra.
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