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SALUD
14 de abril de 2016
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial asegura que la falta de adherencia al tratamiento es uno de los factores principales del bajo control de la presión arterial.
La hipertensión arterial (HTA) afecta aproximadamente a un tercio de la población adulta, y su control disminuye un 40% la incidencia de ACV, un 50% la de enfermedad cardiovascular y un 25% la de infarto de miocardio. Sin embargo, a pesar que existen tratamientos muy eficaces y adaptables a la realidad de cada paciente, ese control sigue siendo un desafío porque, según lo confirmaron diferentes especialistas, apenas uno de cada cuatro hipertensos mantiene su presión arterial controlada, es decir, por debajo de sus valores normales de 140 mmHg (para la presión sistólica o “máxima”) y 90 mmHg (para la diastólica o “mínima”).
Solo en muy pocos casos esa dificultad se debe a que la HTA sea resistente a los tratamientos: en la mitad de los casos en que la presión sigue alta, es el paciente quien –por muy variadas razones– no sigue el tratamiento tal cual el médico se lo indica; y en muchos otros, es el médico el que no modifica el tratamiento cuando el paciente no logra el objetivo terapéutico de mantener controlada su presión, circunstancia conocida como inercia terapéutica.
Las herramientas para reducir el impacto de esta enfermedad -la de más alta incidencia, aunque muchos no estén diagnosticados- que afecta a más de 10 millones de argentinos son un correcto diagnóstico, un tratamiento adecuado y la adherencia al tratamiento. Esa es la posición tomada por un equipo de 39 especialistas de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), en un reciente documento que es presentado en el XXIII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que tiene lugar hasta el 16 de abril en el Hotel Panamericano, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que reunirá a los más destacados especialistas argentinos e internacionales de esta especialidad.