Sábado 23 de Noviembre de 2024

INTERES GRAL

6 de marzo de 2016

El Papa reconoció el milagro de la santiagueña Mamá Antula, que será beata antes de fin de año

Tras el plenario de obispos y cardenales que aprobó el proceso de canonización de Mama Antula, el siguiente paso era la presentación ante el papa Francisco y su autorización para la publicación del milagro atribuido a María Antonia de Paz y Figueroa

El papa Francisco firmó ayer el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercersión de la santiagueña María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mamá Antula, que será proclamada beata a fines de este año.

Según informó el Vaticano, el sumo pontífice firmó el decreto correspondiente en una reunión con el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la que autorizó a ese dicasterio a promulgar diversos decretos.

El milagro -reconocido en febrero pasado por una junta médica del Vaticano- tiene que ver con una sanación ocurrida en el año 1900, inexplicable para la ciencia, de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, congregación fundada por María Antonia.

La postuladora en Roma de la causa, Silvia Correale, y su vicepostulador, en la Argentina, monseñor Santiago Olivera, manifestaron que prevén que la ceremonia de beatificación de "mamá Antula" tendrá lugar antes de fin de año en Santiago del Estero, y será presidida por el cardenal Amato.

El testimonio de la religiosa que sanó

El testimonio de la hermana María Rosa Vanina fue clave para avanzar en el proceso de canonización de Mama Antula. Según figura en la causa, la religiosa declaró el 24 de septiembre de 1906, cuando tenía 31 años, y dijo lo siguiente:


“Hará 14 años que soy religiosa de esta Casa y desde entonces oí decir que nuestra madre María Antonia de Paz estaba considerada en opinión de santa, y así la había invocado alguna vez. Hace 2 años, en agosto de 1904, me puse gravemente enferma, de manera que llegué al último extremo y recibí los Santos Sacramentos, hasta la extremaunción”.
“La enfermedad que tuve fue al hígado y se conoce por cálculos biliares. Era necesario practicarme una operación quirúrgica, la cual fue imposible de llevar a cabo por el estado de consunción y debilidad extrema en que me hallaba. Así lo declararon los dos facultativos que me asistían, el doctor Cayetano Sobrecasas y el doctor Manuel Saubidet, quienes me desahuciaron y dijeron no haber más remedio que hacerme, pues moriría. En este intervalo se me formó un absceso en el hígado, a causa de un parche que me pusieron y se me unieron los tejidos con grave inconveniente. Quedé como muerta y no me daban sino 48 horas de vida a lo sumo”.

El testimonio continuó: “Las hermanas que me rodeaban acudieron a Dios, y sé que la hermana María Montarsé, vicerrectora, durante mi gravedad hizo dos novenas pidiendo mi salud a la madre María Antonia de Paz, nuestra fundadora, y la madre Ramona Aguirrezabala, nuestra superiora general, me suministró el agua de Lourdes invocando a la Santísima Virgen”.

“Desde entonces sentí una reacción y volví en mi conocimiento, sentí necesidad y tomé algún alimento que me hizo bien, contra lo que todos esperaban, y así fui mejorando hasta poder levantarme. En esta situación los médicos determinaron hacerme la operación de extracción de los cálculos que era necesaria, y se realizó. “Entonces invocamos nuevamente a María Antonia. Entonces mejoré rápidamente, de modo que se suspendió la administración de los sacramentos, seguí restableciéndome y pude levantarme”.

Esta situación fue inexplicable y milagrosa para los médicos.

(InfoGEI) Mg

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