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NACIONALES
13 de febrero de 2016
El ex titular Juan Carlos Molina financió obras a varios municipios y ONGs que nunca terminaron
Además de cumplir con su función principal que es luchar contra el narcotráfico y las adicciones, la Sedronar representó para algunos intendentes y camporistas, una enorme caja de dinero fresco para la política.
Según contó ayer el diario La Política Online, la entidad se vio envuelta en un millonario negociado detectado por las nuevas autoridades del frente Cambiemos.
Según relata el diario, el cura Juan Carlos Molina, ex titular de la Sedronar, transfirió durante fines de 2014 y 2015 decenas de millones de pesos a distintas ONGs y municipios para obras que nunca se hicieron.
Las modalidades de los convenios variaban según el caso, en algunos era el propio intendente quien cogestionaba los CET (Casa educativa Terapéutica) o los Cepla (Centros Preventivos Locales de Adicciones).
En Quilmes, la Sedronar le bajó a la ONG Hijos de Fierro 3,6 millones para la construcción de un Cepla, cuya ejecución de obra es de un 10%. Esta asociación civil está vinculada a Mayra Mendoza a través del ex concejal Roberto Gaudio. El convenio estipulaba una transferencia total de 7,5 millones.
En José C. Paz, el convenio que firmó Molina con el ex intendente Carlos Urquiaga fue para construir un CET. La actual Sedronar cuenta con una orden de pago a la que accedió este medio y que comprueba el giro de 3,5 millones a una cuenta que puso el municipio, en dos cuotas de 1,7 millones el 20 de enero de 2015 y de 1,8 millones una semana después.
A más de un año de la transferencia del dinero, el avance del proyecto en José C. Paz es del 18%, según figura en el certificado de obra, pero cualquiera que recorra el predio podrá ver que se trata de apenas una hilera de ladrillos.
En Moreno, se transfirieron 4 millones al municipio que gobernaba el derrotado cacique Mariano West para la construcción de un Cepla, y otros 4 millones para levantar un CET. En ambos casos el avance de la obra es igual a cero.
En San Miguel, el Cepla que se construyó en el barrio Santa Brígida funcionaba como una unidad básica de Nuevo Encuentro, cuando debía ser una “casa terapéutica”.