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DEL INTERIOR
4 de febrero de 2016
La comunidad de Bañado de Ovanta y poblaciones aledañas, en el departamento Santa Rosa, a casi dos años de dos inundaciones, una en 2014 y otra en 2015,todavía esperan la promesa, por parte de autoridades provinciales, de construir viviendas.
Los residentes de Bañado de Ovanta comentaron , a casi dos años de la primera gran inundación, la situación es casi la misma. "Se limpió el predio y se puso un depósito, pero no pasa.
En marzo nos iban a entregar la vivienda (de las zonas inundables), pero todavía estamos a la espera. También está pendiente el tema del puente. Se dijo que en diciembre iba a comenzar la obra, pero no pasó nada”, remarcaron.
En este sentido, indicaron que tras los siniestros se vieron afectados dos barrios, uno de 36 viviendas y otro de 37, y casas particulares también. En un primer momento, cuando se presentó el proyecto, se habló de 140 viviendas, en el predio, que por lo menos está limpio y preparado para la construcción, detallaron.
"El año pasado, en época de campaña cuando vino Octavio Gutiérrez (por entonces secretario de Vivienda de la Provincia), con técnicos y especialistas, nos dijo que tuviéramos toda la tranquilidad del mundo porque nos iban a hacer escuelas, una delegación policial y una iglesia.
Era un proyecto bastante ambicioso. Muchos nos quedamos tranquilos porque nos iban a dar este tipo de solución, pero no pasó nada”, recordaron.
La situación se complica más. Tras haber pasado por dos inundaciones, la lluvia sigue causando estragos en el este catamarqueño. El viernes pasado hubo una fuerte tormenta, con una precipitación de 60 milímetros y el agua entró en algunas casas. "No solo se puede inundar por la crecida del río, sino también cuando llueve. La obra pública no existe”, enfatizaron.
Otro tema de preocupación es la falta de caminos. Según contaron, las rutas provinciales "son un desastre” y en las rutas nacionales solo hicieron marcaciones.
La Ruta Nacional 64 tiene varios baches y varias reparaciones. "En los pueblos alejados, los caminos son imposibles de transitar. Cuando llueve, Ampolla, Las Tunas y otros pueblos quedan prácticamente incomunicados, porque los caminos son como ríos”, señalaron.
Con "luz mala" y sin subsidio para la energía
A los reclamos se sumó el tema del servicio de energía eléctrica. Hasta el año pasado, los residentes de Bañado de Ovanta tenían subsidio para este servicio, pero a partir de enero ya deben pagar por el consumo.
"El año pasado, este servicio era medianamente aceptable, pero ahora es un desastre. Todos los días se corta una fase. Casi el 60% de los postes están quebrados y el tendido eléctrico es viejo; tiene más de 40 años. El alumbrado público es lamentable y el cableado se enreda en los árboles. El tema electricidad es un una calamidad”, consideraron.
Para estos vecinos, se llegó a esta situación tras un retraso de 10 o 15 años. "Cualquiera que venga y vea el estado en el que estamos, se va a dar cuenta de que hay un retraso que no es del año pasado ni es de la inundación pasada. Esto viene desde antes de las dos inundaciones”, indicaron.
Por último, reclamaron por el estado de su principal espacio verde. "La plaza de Bañado de Ovanta parece un campo de batalla", contaron.