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SALUD
14 de enero de 2016
A diferencia del tradicional, el negro no tiene un olor tan invasivo y mejora el sabor. Es vital para mejorar las defensas del cuerpo. Cómo consumirlo en la dieta diaria
El ajo negro proviene del ajo común. Mediante un lento proceso, este famoso condimento de la cocina asiática logró introducirse en el mercado de América del Norte y Sur. Mediante la cocción de los bulbos del ajo a bajas temperaturas, comienza su elaboración, en donde en un delicado proceso el ajo termina resultando con sus "dientes negros".
El ajo negro es muy popular en Estados Unidos (black garlic) y se lo puede encontrar en platos de alta cocina en famosos restaurantes. El sabor final de este ingrediente es algo ácido y ligeramente dulce, en donde su volumen se reduce notablemente. Es, de hecho, el ajo blanco tradicional en donde sus cambios que permiten que se modifiquen sus propiedades y se convierta en un potente antioxidante. A diferencia del ajo normal, tiene como ventajas no tener un olor tan invasivo ni un sabor tan fuerte. De manera opuesta a lo que indica su apariencia, sabe dulce, con cierto gusto a regaliz y toques de vinagre.
Su proceso de elaboración es lento y su gusto es ácido y dulce
El ajo negro puede convertirse en un nuevo aliado para complementar e incorporar en la dieta. Considerado un súper alimento con propiedades amplificadas, este tipo de ajo caramelizado fue utilizado por primera vez como un ingrediente en la cocina asiática. Es producto de calentar bulbos de ajo enteros en el transcurso de varias semanas, un proceso que resulta en dientes de color negro. Muchos confunden este proceso con la fermentación, pero no es el caso, dado que no involucra la reproducción de microbios.
Propiedades del ajo negro
Algunas de las propiedades del ajo negro incluyen la mejora de las defensas del cuerpo para combatir enfermedades y otros desequilibrios físicos. Y no se detiene ahí, sino que también es:
Óptimo para la resistencia física y para combatir los estados de fatiga.
Antioxidante, que lo convierte en aliado contra el envejecimiento de las células.
Antibiótico, antiséptico, fungicida y bactericida.
Un alimento con alto nivel de cisteína, lo cual refuerza su carácter anticancerígeno.
Bueno para el corazón. Mejora la circulación, ajusta la presión arterial, el azúcar en sangre y los niveles de lípidos. Además, ayuda a reducir el nivel de colesterol.
Gran asistente para la eliminación de radicales libres, ya que es 10 veces más efectivo que el ajo fresco.
Un sedante para los nervios.
Bueno para el asma y los problemas respiratorios.
Ayuda a combatir el insomnio y el estreñimiento.
El ajo negro ganó trascendencia en la alta cocina de Estados Unidos
Este alimento posee altas concentraciones de compuestos sulfurosos, especialmente uno en particular: sallyl cisteína (SAC). Se han demostrado una serie de beneficios para la salud de la SAC, incluyendo la inhibición de la síntesis de colesterol y se la ha asociado con la prevención, mejorando el estrés oxidativo.
Cómo consumirlo
Se pueden consumir entre uno y tres dientes de ajo diariamente, comenzando por uno a la mañana en ayunas. La recomendación es que se lo incorpore a la alimentación pero lejos de los horarios de sueño, ya que puede prolongar su efecto energizante durante casi ocho horas. Por el contrario, si se va a realizar ejercicio físico, es una excelente opción para sentirse revitalizado.
Para incorporarlo en las comidas, se lo puede incluir en forma de puré o cortado en rodajas finas. Queda muy bien con la pizza, el arroz y las pastas. Con un toque de aceite de oliva puede convertirse en un gran aliado para la carne y el pescado blanco. También se lo puede utilizar como un rico condimento.