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NACIONALES
20 de septiembre de 2015
El Obelisco, el máximo símbolo de la Ciudad de Buenos Aires apareció este domingo por la mañana "sin cabeza". Porteños y turistas que pasan por la avenida 9 de Julio se sorprenden al ver el monumento sin su cúpula, y se volcaron a las redes sociales para compartir la extraña postal.
Pero hay una explicación: todo se trata de una intervención del artista Leandro Erlich. Con un sistema de paneles espejados, ocultó al ojo humano la parte superior del monumento de 67 metros inaugurado en 1936. Así, como un mago, creó la ilusión de que ya no está lo que aún está.
Lograr este efecto en el Obelisco llevó su logística, que comenzó en las primeras horas del día e incluyó grúas, personal y cortes de tránsito. Develar formalmente el misterio también tendrá sus etapas. Será primero en la Plaza de la República y, en una segunda instancia, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), que cumple su 14° aniversario. Ahí, ahora, descansa una réplica de la "punta perdida".
Leandro Erlich es un artista argentino conocido por sus instalaciones, que juegan con la ilusión óptica, lo virtual y tridimensional. Sorprendió en 2012 en la inauguración de la Usina del Arte en La Boca, con una fachada de una típica casa porteña de principios del siglo XX a la que la gente se podía trepar. Pero su éxito trasciende lo local, con obras expuestas en el Reina Sofía de Madrid, El PS1 MOMA de Nueva York, el Macro de Roma y el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Corea del Sur. En este último, presentó una pileta por la que se podía caminar y salir seco.