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NACIONALES
1 de septiembre de 2015
"Te rompería la nariz a trompadas", fueron las palabras que un violento ladrón, acusado de robar 12 comercios en San Isidro y Martínez, le dijo al funcionario durante su indagatoria. El detenido, apodado El Tarántula, asaltaba locales atendido sólo por muchachas y las agredía.
Juan Pablo Majo Molinari, un detenido que este lunes comenzó a ser juzgado acusado de ser el ladrón golpeador serial de mujeres que cometió 12 robos en comercios de San Isidro y Martínez, amenazó al fiscal de la causa con romperle la nariz “a trompadas”, al iniciar su declaración indagatoria en el debate oral.
“Si me paro te rompo la nariz a trompadas”, dijo Majo Molinari (39) mirando al fiscal de San Isidro Patricio Ferrari, quien está a cargo de al acusación en el juicio y fue quien lo detuvo en diciembre de 2014 tras una investigación de varios meses. La amenaza ocurrió delante del juez Correccional 4 de San Isidro, Facundo Ocampo, quien está a cargo del debate que se inició en el edificio judicial de Moreno 623.
El acusado, a quien apodan “El tarántula” por un tatuaje de ese tipo de araña que lleva en el hombro izquierdo, también acusó al fiscal Ferrari de haberle robado dinero y pertenencias en el allanamiento que hizo en su casa de la Villa Borges, cuando fue detenido en diciembre de 2014.
Majo Molinari está imputado de 12 robos simples -11 concretados y uno en tentativa-, cometidos entre el 1º y el 27 de diciembre de 2014 en locales comerciales de San Isidro y Martínez, donde sumando todos los hechos, el botín llegó a los 34.000 pesos en efectivo.
Si bien el robo simple -el que se comete con violencia sobre las cosas o las personas pero sin emplear armas, como en estos casos-, tiene una pena de un mes a seis años de prisión, al tratarse de 12 hechos que están en concurso real, se aplicará la sumatoria de penas y la condena podría llegar a ser elevada.
Según la investigación, Majo Molinari tenía siempre el mismo modus operandi: elegía comercios atendidos sólo por mujeres donde irrumpía a los gritos y le aplicaba a alguna de las vendedoras un cachetazo o una trompada para generar temor en el resto y lograr que le entregaran la recaudación.
La clave de esta investigación fueron las cámaras de seguridad de los propios comercios que lo grabaron a cara descubierta, tal como solía concretar sus asaltos, lo que luego permitió determinar que se trataba de un mismo delincuente alto, semicalvo y con tatuajes en su hombro izquierdo, al que la Policía bautizó “el golpeador serial de mujeres”.
En uno de los videos, se logró identificar el auto al que el asaltante se subió luego de cometer uno de los hechos y se determinó que se trataba de un remís. El remisero declaró en la causa que el hombre por el que le preguntaban lo solía contratar para ir a hacer cobranzas y que siempre lo iba a buscar en inmediaciones de la villa Borges de Vicente López.
Tras una serie de tareas de inteligencia en esa zona, el fiscal Ferrari y detectives de la Subdirección de Investigaciones de Vicente López lograron detener a Majo Molinari el 29 de diciembre de 2014. Aparte de esta causa, el imputado ahora también es investigado por una fiscalía de instrucción porteña como el posible autor de una serie de robos cometidos de la misma forma, pero en locales de Capital Federal.