Lunes
25 de Noviembre de 2024
FEMICIDIO
13 de julio de 2015
Un nuevo femicidio conmociona a la provincia. Seis de esos pequeños salieron entre llantos a la calle para pedir ayuda cuando el femicida castigaba sin piedad a la víctima con un hacha en el interior de la casa. Una nena de 8 años, que se quedó en la habitación, habría sido testigo del brutal hecho.
Una joven mujer del Bº Ejército Argentino fue asesinada ayer en La Banda, durante un furibundo ataque, cuya principal arma sería un hacha.
La víctima es María de los Ángeles Corbalán, de 31 años y su triste fin sobrevino mientras permanecía en una casa de Antenor Álvarez Nº 1115, casi República del Líbano. Hasta esta madrugada, el único detenido era Martín Coronel Quisbert, de 41 años, al parecer dueño de casa. Dada la trascendencia de la tragedia, la causa recayó en el fiscal José Alberto Piña y trabajan la Seccional 15, División Investigaciones, Homicidios y Delitos Complejos.
Para comprender la situacion hay que remontarse a siete días atrás, cuando la víctima fue a vivir a la casa donde ocurrió el asesinato, con Coronel Quisbert, con quien la "unía" un vínculo aún poco claro, ya que los investigadores tienen el dato de que ella era una trabajadora sexual por lo que hasta anoche se desconocía si el apresado era pareja o su regenteador.
Lo cierto es que María de los Ángeles llevó a ese lugar a siete de sus nueve hijos: los dos restantes viven con su abuela y su padre biológico. "Están pegándole..." Alrededor de las 14, los chiquitos salieron gritando a la calle. "¡Están pegándole a la mami; a la mami!". Los vecinos alertaron a personal de la Seccional 15, ubicada a pocos metros. Llegaron dos efectivos y los atendió el propio Coronel Quisbert. "Soy el cuidador de la casa; la única persona que estaba aquí era una inquilina que ya se fue", habría explicado.
Los policías no le creyeron, solicitaron autorización al fiscal de turno e ingresaron al inmueble. Tétrico fue el cuadro que apareció: María tendida en un charco de sangre. Muerta. Al verse delatado, el acusado intentó huir, pero fue reducido. Sangre y furia Diez minutos después, arribó el fiscal Piña y todos los expertos policiales.
A simple vista, María presentaba tres heridas en la cabeza, cortes en el rostro y fractura en la mandíbula. Para los funcionarios, la víctima recibió un cruel castigo. "Creemos que le quebró la quijada con el ojo del hacha", deslizó un comisario.
Tanta habría sido la fiereza que el homicida tomó un tenedor y le habría efectuado cortes en la cabeza. Mientras los chicos lloraban fuera de la casa, su madre habría sido asesinada en el comedor. La única testigo sería una hija de 8 años, quien habría contemplado al homicida caminando con el hacha en la mano.