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NACIONALES
12 de noviembre de 2020
Funcionarios cercanos al Instituto Patria no ven con buenos ojos al titular de la petrolera estatal, que en las últimas horas presentó como una victoria un nuevo balance en rojo, respectivo al tercer trimestre del 2020
“Necesitamos a YPF más fuerte y más viva que nunca”, comentó el pasado 15 de octubre el presidente, Alberto Fernández, en su primera visita a Vaca Muerta, donde se lo observó rodeado por su ministro de Economía, Martín Guzmán y por el flamante secretario de Energía, Darío Martínez.
Los números de la compañía, sin embargo, muestran una tendencia contraria a las intenciones que clamó el jefe de Estado.
La petrolera YPF, controlada por el Estado argentino, acumuló en los primeros nueve meses del año una pérdida neta por 1.637 millones de dólares, dejando a Guillermo Nielsen en una delicada posición.
“La empresa está quebrada, viene teniendo pérdidas millonarias en los últimos trimestres. Además, Nielsen no tiene la mejor sintonía con algunos funcionarios cercanos al Instituto Patria“, comentó un colaborador de un funcionario nacional.
Consultado por las razones de este disgusto entre algunos funcionarios, la misma fuente agregó: “No pasa sólo porque no sea un hombre del riñón kirchnerista, sino porque no tiene un sólo número positivo para mostrar desde que asumió”.
De acuerdo con los estados contables consolidados difundidos este martes por la compañía, con datos expresados en moneda estadounidense, la petrolera registró en el tercer trimestre una pérdida neta de 482 millones de dólares frente a un rojo por 252 millones de dólares en igual período del año pasado.
Si bien el resultado negativo del tercer trimestre muestra una reducción significativa del rojo con respecto a las pérdidas netas por 1.258 millones de dólares registradas en el segundo trimestre de este año, los números del 2020 muestran a las claras la delicada situación de la compañía petrolera, que apeló a una drástica reducción del 70% en las inversiones y un ajuste en los costos operativos del 20% con el objetivo de achicar las pérdidas millonarias.
En un edulcorado comunicado de prensa, la petrolera afirmó con bombos y platillos que “las decisiones adoptadas por la compañía desde abril, en el marco de una crisis inédita generada por la pandemia”, le permitieron a YPF mejorar ingresos, mantener costes bajo control, preservar la caja, despejar el futuro financiero y recuperar gradualmente la actividad, con un impacto positivo en el EBITDA (resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) “que mejoró significativamente en el tercer trimestre”.
Sin embargo, pese a la eufórica reacción de la compañía ante la reducción de las pérdidas -aún multimillonarias- en el último trimestre, al mirar la cronología de la compañía se observa que durante este 2020 se triplicaron las pérdidas con respecto a los primeros nueve meses del año anterior: en 2019, YPF había registrado una pérdida neta de 513 millones de dólares en el mismo período.
Además, los ingresos de la compañía ascendieron en el período a 7.106 millones de dólares, lo que representa una caída interanual del 31,1%.