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INTERES GRAL
6 de octubre de 2020
A través del programa RISE, se eligieron 74 iniciativas de investigación en todo el mundo. El Instituto integra dos de ellas, referidas a biofortificación láctea y a trazabilidad en la industria vitivinícola con una mirada sustentable.
El programa de Intercambio de Personal de Investigación e Innovación (RISE, según sus siglas en inglés) forma parte de la iniciativa Acciones Marie Sklodowska-Curie (MSCA) de la Unión Europea, que selecciona y financia experiencias de investigación científica en todo el mundo. Recientemente, desde RISE se eligieron 74 proyectos que en total reúnen a 823 organizaciones —entre ellas, 117 son pymes— de 137 países: el INTI participará en dos de esos proyectos, ambos coordinados por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con enfoque en biofortificación de productos lácteos con selenio, por un lado, y en mejora de la trazabilidad a lo largo de la cadena vitivinícola, con un enfoque saludable y sustentable, por otro.
Está previsto que los proyectos se comiencen a ejecutar a mediados de 2021.
La puesta en marcha de los 74 trabajos permitirá un intercambio de aproximadamente cuatro mil personas de distintos países del mundo para participar en actividades de investigación e innovación en todas las disciplinas y sectores científicos. En el marco de estos intercambios participarán investigadores a nivel de doctorado, becarios posdoctorales, técnicos, personal directivo y administrativo.
En relación a las distintas organizaciones que integran los 74 consorcios mencionados, hay universidades, institutos de investigación tanto públicos como privados y mixtos, y también empresas, de la Unión Europea, países asociados y los denominados “terceros país”, entre los que se cuenta a la Argentina.
En dos de los 74 consorcios está el INTI. Los proyectos en los que aportará saberes y trabajos se denominan “Se4All, alfalfa biofortificada con selenio para enriquecimiento de productos lácteos”, y “Tracewindu, trazabilidad en la industria vitivinícola mediante el etiquetado integrado de la tipificación de los vinos, su efecto protector en la salud y sus atributos organolépticos".
La puesta en marcha de los 74 trabajos permitirá un intercambio de aproximadamente cuatro mil personas de distintos países del mundo.
“Se4All” involucra a los departamentos de Desarrollo de procesos; Desarrollo de ingredientes; y Valorizacion de subproductos, de la subgerencia de Tecnología de Alimentos del INTI, con la participación de profesionales y técnicos tanto de la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe, como del Parque Tecnológico Miguelete, sede central del organismo en San Martín, provincia de Buenos Aires. Este proyecto plantea la posibilidad de fortificar productos lácteos con un micronutriente, el selenio, de manera natural, a través de su inclusión en pasturas de heno de alfalfa, alimento de las vacas lecheras. De este modo, se busca que la leche que produzcan ya tenga incorporado este mineral, sin la necesidad de agregar aditivos durante la industrialización.
Se busca aumentar la concentración y biodisponibilidad de selenio en leche y productos lácteos a través de una metodología amigable con el ambiente y de bajo costo.
El aporte del INTI se centrará en conocer y verificar la biodisponibilidad del selenio en productos lácteos, lo que implica saber cuánto del nutriente efectivamente forma parte de la leche a partir de su inclusión en el alimento de las vacas.
En relación a las bondades del selenio, se destacan los beneficios para el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico y su función antioxidante, entre otros. Este mineral, que se obtiene del suelo y que se puede incorporar principalmente a través del consumo de vegetales, no está disponible en cualquier zona geográfica. Por ese motivo, el proyecto cobra mayor importancia, ya que se podría garantizar su disponibilidad en la leche independientemente de su presencia en los suelos agrícolas.
“El INTI trabajará con la calidad de leche, y se va enfocar en los posibles productos lácteos que se puedan elaborar a partir de su enriquecimiento. Trabajaremos para determinar qué tipo de productos se elaborarían y cuáles serían las mejores tecnologías a aplicar, de modo de no alterar la disponibilidad de selenio presente. En base a los estudios de aptitud tecnológica de la leche y a su calidad físico-química, se elaborarán los protocolos estandarizados de producción”, detalló la coordinadora del proyecto dentro del Instituto, Érica Schmidt, del departamento de Valorización de Subproductos.
Este consorcio está compuesto por siete socios, además de la UAB y el INTI: la Universidad Nacional del Litoral y el INTA, de la Argentina; la Univesritá Degli Studi di Roma La Sapienza y la Red Europea de la Innovación (REDINN-PyME), de Italia; la pyme Beal Organic Cheese Ltd., de Irlanda; ALBA Synchrotron, de España; y Biofitos, de República Checa.
En el marco de este proyecto, el INTI recibiría 11 visitas de expertos y sus profesionales y técnicos avocados a la iniciativa realizarían 25 visitas, principalmente a la UAB y a Beal Organic Cheese.
La propuesta de la UAB al INTI para sumarse a “Se4All” se explica en buena medida por una muy buena experiencia de trabajo previa entre ambas instituciones con el proyecto “Nanoremovas”, pensado para la eliminación de arsénico en aguas subterráneas.
El sector de la UAB que impulsa “Se4All” es el Grupo de Técnicas de separación en química (GTS). Sus integrantes ya cuentan con experiencia con selenio, a partir de trabajos de biofortificación en trigo, y el estudio en toda la cadena de la harina.
En relación a las distintas organizaciones que integran los 74 consorcios mencionados, hay universidades, institutos de investigación tanto públicos como privados y mixtos, y también empresas, de la Unión Europea, países asociados y los denominados “terceros país”, entre los que se cuenta a la Argentina.
Saber todo, de la uva a la mesa
El otro proyecto elegido por el programa RISE en el que tendrá participación el INTI es “Tracewindu”, también coordinado por la UAB. Con él, se buscará garantizar y mejorar la trazabilidad del vino a lo largo de toda la cadena de valor, con un etiquetado inteligente y registro de datos por intermedio de tecnología blockchain. Así, los consumidores de distintas partes del mundo podrán realizar compras basadas en información completa y fidedigna sobre todo el proceso productivo, desde el viñedo hasta su mesa.
A la vez, se plantea mejorar mejorar la productividad de los viñedos mediante el uso de una combinación novedosa de productos de protección fitosanitaria, con el uso de extractos vegetales como fuente de metabolitos secundarios u otras sustancias respetuosas con el ambiente, integrado con el origen geográfico de los viñedos en una estrategia de enfoque múltiple, para garantizar la trazabilidad y autenticación del vino. Este enfoque se correlacionará con datos obtenidos del análisis sensorial de los vinos.
Así, no solo se promovería un mercado más saludable y una administración más sustentable de los viñedos, sino que además se atenderían nuevas tendencias, cambios en los consumos y la posibilidad de aumentar la participación en mercados de exportación.
Toda la información obtenida será la base de datos para generar un gráfico de puntuación que se utilizará como una especie de pasaporte del producto, incluido en las etiquetas inteligentes en forma de códigos QR. La etiqueta aportará toda la información relevante a lo largo del ciclo de vida del producto, y la transparencia de los datos de productos que facilitan la tecnología de blockchain descentralizada.
“Nos contactaron porque les interesa mucho el Malbec argentino, debido a ciertas características organolépticas. Mendoza es la zona más importante en lo que respecta a su producción y confían en el INTI para hacer de nexo local a fin de rastrear toda la información productiva de la zona. Los consumidores quieren conocer cada vez más sobre los procesos”, explicó María del Valle Bertolo, del Departamento de Servicios Analíticos del Instituto en la región de Cuyo, y responsable de la coordinación del proyecto internamente.
“Tracewindu” involucra a distintas zonas vitivinícolas del mundo. De hecho, el consorcio está compuesto por 11 socios: además del INTI, participan la Fundación Parc Tecnologic Del Vi, de España; las pymes Innolabs y Fattoria Uccelliera, y la Universidad de Pisa, de Italia; la Universidad de Pau et Des Pays de L’adour y la pyme Advanced Isotopic Analysis, de Francia; la firma DNET Labs, de Serbia; y la Universidad de Dunja Gorica y la empresa Plantaže, ambas de Montenegro. Los expertos del INTI realizarán 19 visitas y recibirán a especialistas de las otras instituciones en 34 ocasiones.