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NACIONALES
7 de agosto de 2020
Entre los pedidos que realizaron al Gobierno, incluyeron la exención del pago del monotributo y autónomos, y compensaciones salariales frente a la crisis que atraviesa el sector por la pandemia del COVID-19; la carta fue firmada por 2.600 actores y actrices
El teatro y cine son dos de los rubros más golpeados por la pandemia del coronavirus Covid-19, al ser una de las actividades que suelen ocupar el último lugar en las etapas de reactivación que planean los diferentes estados en el mundo al momento de flexibilizar las cuarentenas.
En la Argentina, desde hace más de cuatro meses, los actores y actrices están apelando a nuevas modalidades virtuales para generar ingresos, pero la situación para la mayoría es crítica debido a los teatros cerrados y a la imposibilidad de llevar a cabo rodajes tanto para series televisivas como para películas. Así lo dejaron en claro los artistas argentinos a través de una carta firmada por más de 2600 actores.
“Junto a colegas y organizaciones, impulsamos la siguiente cara abierta que lleva más de 2.600 firmas de actrices y actores de todo el país dirigida a la opinión pública y a quienes nos gobiernan, a raíz de la crisis que envuelve a los trabajadores del sector”, reza el comunicado de Actrices Argentinas.
Según explican, más del 90% de los actores argentinos se encuentra desempleado por causa de la pandemia.
Además, piden medidas de alivio económico al Gobierno, entre otras, exención del pago del monotributo y autónomos, compensaciones salariales, además de generación de contenidos y la regularización del derecho de interpretación en las distintas plataformas de streaming.
La carta está firmada por Dolores Fonzi, Dady Brieva, Mercedes Morán, Mex Urtizberea, Mauricio Dayub, Natalia Oreiro, Muriel Santa Ana, Laura Azcurra, entre tantos otros.
El texto explica: “Cuando en Argentina se habla de la importancia de la cultura, nuestro rol como trabajadores no está claro para la sociedad. Hoy, la pandemia nos enfrenta con la endémica fragilidad laboral que sufrimos los artistas históricamente. Nuestra realidad, siempre inestable, se parece más a la de los trabajadores golondrinas en permanente búsqueda de producciones por medio de las que cobrar un salario. Tenemos un índice de desocupación histórica. Basta con observar la programación televisiva para reconocer cómo las fuentes de trabajo, principalmente la ficción nacional, han ido mermando”.