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VATICANO
23 de diciembre de 2019
“Dejemos descansar a mamá”, indicó el Papa Francisco al hablar sobre el pesebre que le regalaron. El Santo Padre resaltó: “¡Cuántos de ustedes deben turnarse en la noche entre marido y mujer por el niño, la niña, que llora, y llora, llora!”.
El Papa Francisco cumplió recientemente 84 años y recibió un regalo que consideró “especial” por reflejar la actualidad de su familia.
“Me han regalado una imagencita de un pesebre especial y se llamaba: ‘¡Dejemos descansar a mamá!’. Y estaba la Virgen dormida y José con el niñito”, afirmó el Santo Padre en su saludo de Navidad a los fieles y a los peregrinos que escucharon la audiencia general en el Vaticano.
La misma es una imagen que ya se viralizó y que muestra a la Sagrada Familia. Esta representa un pesebre en el que la Virgen María estaba dormida y José arrulla al Niño Jesús para que se duerma. “Mientras cada día se fabrican en el mundo tantas armas, y tantas imágenes violentas que entran por los ojos y en el corazón. En cambio, el pesebre es una imagen artesanal de paz”, destacó el Papa Francisco.
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco destacó la importancia de la sonrisa y animó en esta Navidad a imitar a Jesús para poder brindar a los demás “una sonrisa humilde y sencilla”.
Además, el Papa destacó que “cuando miramos a un bebé recién nacido, estamos inclinados a sonreírle, y si una sonrisa florece en su pequeño rostro, entonces sentimos una emoción simple, ingenua” y agregó que “esto sucedió de una manera única entre María y José y Jesús”. “La Virgen y su esposo, con su amor, hicieron florecer la sonrisa en los labios de su hijo recién nacido. Pero cuando esto sucedió, sus corazones se llenaron de un nuevo gozo, que venía del Cielo. Y el pequeño establo de Belén se iluminó”, explicó el Papa.
“¡Gracias a todos! Lleven esta felicitación a sus seres queridos en casa, especialmente a los enfermos y a los ancianos, que sientan la caricia de su sonrisa. Es una caricia. Sonreír es acariciar, acariciar con el corazón, acariciar con el alma. Y permanezcamos unidos en la oración. ¡Feliz Navidad!”, concluyó el Papa.