Viernes
22 de Noviembre de 2024
INTERNACIONALES
26 de mayo de 2015
La rebelión en el Pabellón 10 del Presidio Regional de Feira de Santana, a unos 117 kilómetros de Salvador, se inició ayer cuando un grupo de detenidos impidió la salida de familiares, entre ellos mujeres y niños, que visitaban a los presos.
De acuerdo con los primeros reportes, al menos siete detenidos murieron, dos de ellos decapitados, según reporta el sitio de Folha do S. Paulo, y las negociaciones con las autoridades y representantes de organizaciones de defensa de derechos humanos para conseguir la liberación de los rehenes habían sido retomadas hoy por la mañana.
El director del penal, Clériston Leite, informó a periodistas que la rebelión fue motivada por una disputa entre grupos de delincuentes rivales, como consecuencia de la muerte de dos cabecillas.
Los cinco heridos, todos detenidos y uno en estado grave, fueron liberados y llevados a un hospital de la ciudad, refirió la agencia EFE.
El comandante de la Policía Militarizada de Feira de Santana, coronel Adelmário Xavier, señaló que el suministro de agua fue suspendido.
El centro de reclusión alberga 1.467 detenidos, pero su capacidad es para acoger sólo a 644 presos, según los datos de la Secretaría de Administración Penitenciaria de Bahía.
De acuerdo con datos oficiales, la población reclusa de Brasil supera los 550.000 internos, lo que supone un 30% más de lo que las cárceles del país pueden albergar, y el hacinamiento generó situaciones graves como la de la cárcel de Pedrinhas, en el estado Maranhao, cuyo caso fue denunciado ante organismos internacionales.