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CIENCIA
4 de abril de 2019
Evidentemente, únicamente en aquellos planetas con atmósfera podríamos gritar teniendo la seguridad de que alguien escucharía nuestra llamada.
Claro que no sería igual que en la Tierra. Primero tenemos la diferente velocidad del sonido que existe en cada planeta; una velocidad que depende tanto de la composición de la atmósfera como de la temperatura a la que se encuentra.
Todos sabemos que en nuestro planeta, en condiciones normales, el sonido se propaga a unos 340 metros por segundo. Esto quiere decir que un rayo que golpea el suelo a 10 kilómetros de nosotros lo escuchamos 29 segundos después. En la superficie marciana tardaríamos 44 segundos en oírlo, pues allí el sonido se propaga un 30% más despacio. En Venus, cuya atmósfera es mucho más densa, el sonido del trueno lo escucharíamos 24 segundos después de ver el rayo. Claro que rapidez, lo que se dice rapidez, la tenemos en Júpiter y Saturno. Allí el trueno lo escucharíamos 12 y 13 segundos después respectivamente.
Si quisiéramos hablar en Marte, siempre y cuando pudiésemos respirar en su liviana y letal atmósfera compuesta esencialmente por dióxido de carbono, lo tendríamos bastante complicado. Aun el grito más potente que pudiera salir de nuestros pulmones quedaría reducido a un susurro debido a la baja densidad de su atmósfera.
De hecho, nuestra voz sonaría como si sufriéramos de laringitis. Eso sí, los sonidos no nos parecerían tan diferentes como en la Tierra y podríamos reconocer un gran número de ellos. La situación en Venus sería totalmente distinta. Con una presión atmosférica 90 veces superior a la de la Tierra -similar a la que encontramos un kilómetro por debajo de la superficie del mar-, el escaso sonido que hay en nuestra biblioteca del barrio se escucharía como si dos personas conversaran en la calle, lo cual a su vez sonaría como el ruido de fondo que hay en una empresa normal. Los vendedores de tapones para los oídos se forrarían en Venus.