El empleo registrado inició el 2019 con una caída del 2,1% interanual, la mayor en los tres años de gestión de Mauricio Macri, informó ayer el Ministerio de Trabajo. De acuerdo a las cifras oficiales, en enero hubo 262.400 puestos en blanco menos en relación al mismo período de 2018 y una reducción de 12.600 vacantes (-0,1%) frente a diciembre, si se toma la serie desestacionalizada.
El mayor descenso en términos absolutos correspondió al sector asalariado, que perdió 142.200 puestos, un 2,3% en relación al primer mes del año pasado. También fue importante la contracción entre los monotributistas sociales con un derrumbe de 72.600 empleos o 17,3% interanual. En el caso de los autónomos la destrucción llegó a 11.600 (-2,9%) y en los asalariados del sector público a 14.700 (-0,5%).
Por su parte, los monotributistas sufrieron un recorte de 34.400 (-2,2%) mientras que la única modalidad que mostró un avance fueron los trabajadores de casas particulares con 13.200 vacantes más, equivalentes a un alza del 2,8%.
La comparación mensual, lejos de mostrar una mejora como intentó instalar el Ministerio de Hacienda, arrojó una contracción de 12.600 (-0,1%) puestos en la serie desestacionalizada y de 38.400 en la original (-0,3%). Respecto a la primera, los asalariados del sector privado explicaron más de la mitad de las bajas con 6.700 casos. Los monotributistas sumaron 10.600 puestos y el sector público 2.300, que contrastan con los 14.600 monotributistas sociales que se dieron de baja y el recorte de 3.200 puestos en autónomos y de 900 en casas particulares.
Dentro del universo de los asalariados, en el propio Gobierno reconocieron que los sectores que generan empleo en este momento se cuentan con los dedos de una mano y, para colmo, no son intensivos en mano de obra. En este grupo se encuentran la minería, energía, las actividades agropecuarias y las economías regionales como el vino, que experimentan una "salida exportadora" a partir de la devaluación, puntualizó la secretaria de Transformación productiva, Paula Szenkman, durante la rueda de prensa en donde presentaron los datos oficiales.
En ese sentido, Szenkman destacó a las únicas dos provincias que mostraron un incremento en el empleo formal: Neuquén encabezó la lista con un 3,4% interanual, por el efecto Vaca Muerta; y Jujuy con un 1,6% por el boom del litio. Entre las dos, sumaron 5.000 puestos y de esta manera contrastaron contra los 30.700 que se perdieron en la Capital Federal, los casi 56.000 menos observados en Buenos Aires y los 10.100 menos de Santa Fe. En términos relativos, Formosa fue la más perjudicada con un derrumbe del 9,2%, seguida de Tierra del Fuego con un (-7,3%), Catamarca (-6,8%), Chaco (-6,1%) y San Luis (-5,2%).
En la división por sectores, la peor parte se lo llevó otra vez la industria manufacturera en donde los puestos cayeron un 5,2%, seguida del comercio y reparaciones con una baja del 3,6%. Le siguieron Transporte y comunicaciones con un descenso del 3,1% y la construcción con un ajuste del 3% en el empleo.
En la vereda opuesta, en la explotación de minas y canteras los puestos laborales subieron 6,9% y en la pesca, un 5,8%.
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