Así lo confirmó uno de los propietarios de la finca La Pirucha, Salvador Luis Scrossopi, cuya familia ya había incursionado con anterioridad, entre el 2005 y 2006 con envíos al exterior de esta fruta tradicional del monte santiagueño.

‘Es un emprendimiento que lo había empezado mi tío entre 2005 y 2006 cuando exportó a Italia con muy buena aceptación. Luego, vinieron varios años en pausa y hace 4 ó 5 años decidimos reflotar el emprendimiento y de a poco hemos ido creciendo. Hoy mandamos una carga de 500 kilogramos de tuna a Malasia’, indicó.
Agregó que ‘la exportación la realizamos por medio de otra empresa, una productora de frutas de Jujuy que se llama Don Armando SRL. Nos compran la fruta y la exportan. Es a modo de prueba, a ver cómo reaccionan los mercados, cuál es el interés y de a poco iremos armando una red de clientes por todo el mundo, esa es la idea’.
El establecimiento funciona como una empresa familiar: ‘está mi tío Alberto, mi madre Roxana que se encarga de la logística y la parte administrativa, también Eduardo Álvarez encargado del campo, que ha hecho un trabajo importante. Yo me he sumado hace unos pocos años en el packaging y la logística’, resumió.
‘Ahora -agregó- la fruta que mandamos a Malasia, a Kuala Lumpur, veremos cuáles son las repercusiones y la aceptación que pueda tener. Si hay más interés en ese mercado o en otros vamos a seguir mandando hasta que termine la cosecha en febrero’.
Al margen de este envío, también ‘mandamos a clientes fijos, el Mercado Central de Buenos Aires donde enviamos siempre. Este año, tendremos unos 10 mil kilogramos en total de producción y esperamos ir aumentando en un 20 o 30%’, indicó.
En el campo de Pampa Múyoj, se producen tres variedades de tunas, entre las cuales se encuentran las de color amarillo, anaranjado y coloradas.
La cosecha se realiza entre fines de diciembre e inicios de enero hasta los primeros días de febrero.
Desde la Facultad de Agronomía y Agroindustrias de la Unse, la vicedecana, Ing. María Judith Ochoa, impulsora de la producción de tuna y sus derivados, valoró el avance que hubo en la producción a nivel local. Esa Facultad, fue pionera en la introducción de cultivares en 1994, e impulsora del cultivo a través de diferentes actividades auspiciadas por la FAO.