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VATICANO
17 de diciembre de 2018
Un nuevo mensaje del Sumo Pontífice durante el Ángelus en relación al Evangelio
"En un aldea perdida de Galilea, en el corazón de una joven desconocida por el mundo, Dios enciende la chispa de la felicidad para el mundo entero", dijo hoy el papa Francisco, en el tercer domingo de Adviento. "La liturgia nos invita a la alegría", agregó durante el Angelus en relación a los textos del Evangelio.
"Y hoy el mismo anuncio está dirigido a la Iglesia, llamada a recibir el Evangelio para que se haga carne, vida concreta, y dice a la Iglesia, a todos nosotros: 'Alégrate, pequeña comunidad cristiana, pobre y humilde pero bella a mis ojos porque deseas ardientemente mi Reino, tienes hambre y sed de justicia, tejes con paciencia tramas de paz, no sigues a los poderosos de turno sino permaneces fielmente junto a los pobres. Y así nada temes sino que tu corazón está en alegría'", afirmó.
"Si nosotros vamos así, en la presencia del Señor, nuestro corazón estará en la alegría, en la alegría plena, de alto nivel, y la de todos los días, la paz", añadió Francisco.
El Pontífice observó también que "la conciencia de que en las dificultades podemos siempre dirigirnos al Señor, y que El no rechaza nuestras invocaciones, es un gran motivo de alegría. Ninguna preocupación, ningún temor logrará jamás quitarnos la serenidad que nos viene del saber que Dios guía amorosamente nuestra vida, siempre".
"También en medio a los problemas y a los sufrimientos, esta certeza alimenta la esperanza y el coraje", agregó. "Pero para recibir la invitación del Señor a la alegría, se necesita ser personas dispuestas a ponerse en discusión", concluyó, y "el primer paso para la conversión a la que estamos invitados a cumplir en este tiempo de Adviento".