Viernes
22 de Noviembre de 2024
NACIONALES
13 de julio de 2018
La diputada del Frente para la Victoria Fernanda Vallejos presentó un proyecto de ley para que las propinas a empleados gastronómicos y hoteleros sean incorporadas en las facturas.
La diputada del Frente para la Victoria Fernanda Vallejos presentó un proyecto de ley para que las propinas a empleados gastronómicos y hoteleros sean incorporadas en las facturas que pagan los consumidores y que tengan carácter remunerativo. La legisladora kirchnerista dijo que la iniciativa que crea un "laudo hotelero y gastronómico" equivalente a un mínimo del 10% del monto total consumido está "inspirada en Evita".
Asimismo, advirtió que apunta a fundar "un nuevo derecho de los trabajadores del sector", que de esta manera verían incrementados sus ingresos. Más allá del mínimo del 10% de propina obligatoria, el proyecto también realiza una estipulación "recomendado adicional será del 5%" y "en la factura deberá constar de manera explícita la recomendación". Esto significa que el cliente podrá pagar "a voluntad" ese adicional recomendado o incluso un porcentaje mayor.
En tanto, quieren que esos ingresos adicionales "serán repartidos de forma semanal, equitativa y proporcional a las horas trabajadas, entre el conjunto de los trabajadores del establecimiento". A modo de compensación para el consumidor, el proyecto establece la prohibición para el establecimiento de incorporar un adicional en concepto de "cubiertos, uso de mesa, o cualquier servicio equivalente".
En los fundamentos, Vallejos recordó que en 1945, por órdenes del entonces secretario de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón, se prohibió la propina individual para trabajadores hoteleros y gastronómicos y se "estableció un sistema de retribución colectiva, proporcional a las ventas que se repartiría entre todos los trabajadores del establecimiento".
Ese sistema fue suprimido en 1955 por el Gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, repuesto en 1973 por el tercer gobierno peronista y vuelto a eliminar en 1975 por la última dictadura militar."La limosna para mí fue siempre un placer de los ricos: el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho. Y para eso, para que la limosna fuese aún más miserable y más cruel, inventaron la beneficencia”, indicó Vallejos.