Pasaron dos años desde que el ex secretario de Obra Pública del kirchnerismo José López buscó esconder bolsos con casi nueve millones de dólares en un monasterio de General Rodríguez.

Detenido desde entonces, este lunes comenzará a ser juzgado por enriquecimiento ilícito bajo la sospecha de que ese dinero fue producto de delitos cometidos durante el paso por la función pública. Quienes transitan por las inmediaciones del convento ya poco se acuerdan de que ese complejo formó parte de una de las denuncias de corrupción más importantes de la era K.

Apenas se corta el pasto de un sector del predio, y solo una de las casonas está habitada. El cartel de chapa que anunciaba que ese importante predio era el “Monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fatima. Monjas Orantes y Penitentes” ya no está. Son las hermanas Alba Día, Celia Aparicio y Marcela Albin quienes siguen allí enclaustradas.

Aunque la Iglesia Católica asegura que le quitó el apoyo económico, por “cuestiones humanitarias” seguiría existiendo algún tipo de manutención. La hermana Alba, de 97 años, fue declarada inimputable por “estado demencial” cuando se la pretendió investigar como posible encubridora de López. Celia (76 años) y Marcela (38) cuidan de ella. la Iglesia no encuentra lugar adónde trasladarlas. A principio de este año, desde el municipio de General Rodríguez se buscó dar utilidad a las instalaciones para transformarlas en un hogar de protección para víctimas de violencia.

Pero en estos meses, el proyecto avanzó poco. Si bien el Arzobispado de Luján-Mercedes quiso ceder el predio al municipio, la propiedad de las tierras corresponde a la familia Di Pietro, quienes también estarían dispuestos a que las tierras se transformen en un hogar, pero cuestiones legales retrasan su reconversión. A juicio. José López será juzgado desde mañana en la sala AMIA de Comodoro Py 2002, del barrio de Retiro, por el Tribunal Oral Federal 1. El viernes, después de un nuevo pedido de la defensa del ex funcionario, Casación Penal rechazó excarcelar a López, por entender que existe riesgo de que se fugue. Con más de 200 testigos convocados y nuevas pruebas obtenidas en una instrucción suplementaria que ordenó el Tribunal, el interrogante pasará por el origen del dinero.

López guardaba los fajos de billetes en un falso piso de un tanque de agua en su casa de Dique Luján y desde allí los trasladó en bolsos y una valija al monasterio en la madrugada del 14 de junio de 2016. En ese lugar fue sorprendido y detenido luego del llamado de un vecino al 911 alarmado por los movimientos extraños. Al ser indagado durante la investigación del caso, el ex segundo de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación Federal solo dijo que esa plata venía “de la política”, pero no dio mayores precisiones.

El Tribunal ordenó establecer también el valor de seis relojes de alta gama que López tenía en uno de los bolsos asi como de joyas halladas en el allanamiento a su casa de Dique Luján. Al cargo de enriquecimiento ilícito por no poder justificar los millones de dólares en efectivo secuestrados se le sumaron dos acusaciones más: por el origen de los fondos usados para comprar su casa en Dique Luján, valuada en 680 mil dólares, y un departamento en Recoleta.

López siempre sostuvo que era inquilino de ambas propiedades pero el juez federal Daniel Rafecas, a cargo del caso, no le creyó y lo procesó junto a quienes figuraban como dueños y rentadores de las viviendas, que para el magistrado actuaron como testaferros