Los cambios en la fórmula de movilidad que pretende Cambiemos ya está siendo evaluada en la Cámara de Senadores. En acuerdo con los gobernadores, el proyecto que fija los valores de las jubilaciones plantea el ajuste por inflación trimestral, por lo que en marzo, de aprobarse en el recinto, se ajustarán un 5,2%. “Es tirarle un hueso al perro para que se entretenga”, resumió ante Crónica Christian D’Alessandro, abogado previsional.

Esta flamante historia con los jubilados empezó el pasado jueves, cuando en Casa Rosada, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, parte de su gabinete y los gobernadores (con excepción de Alberto Rodríguez Saá, de San Luis) firmaron, entre otros puntos, los cambios en las jubilaciones.

El gobierno había anunciado que las mismas se ajustarían por inflación, lo que implica un menor aumento que la fórmula actual. Ante la crítica de los mandatarios, se prometió hacer algo “mayor que la inflación”, aunque no se informó oficialmente qué. Eso llegaría con el texto del proyecto.

Esto es que se sustituye la movilidad jubilatoria actual por el del índice del precio al consumidor del Indec en marzo, junio, septiembre y diciembre y en junio un suplemento del 5% de aumento por el PBI. “Es un engaño, una mentira disfrazada”, disparó D’Alessandro. De aprobarse el proyecto, el haber mínimo bruto subirá el próximo marzo de $7.246 a $7.623. Es decir, un incremento de $377.

En este punto cabe destacar que el número que hoy en día cobran estos jubilados representa un 81,78% del Salario Mínimo Vital y Móvil, que es de $8.860. Asimismo, como explicó ante este medio el abogado previsional, “se incorpora el 82% del salario mínimo vital y móvil para quienes hayan cumplido 30 años de servicios con aportes”, destacando en este punto que no entran, por ejemplo, las amas de casa.

Las jubilaciones de regímenes con menos de 30 años de aportes, los que se jubilaron con “exceso de edad” compensando años de aportes y las pensiones por invalidez o fallecimiento (que se calculan sobre el sueldo, y no tienen PBU) quedarían al margen de esa garantía, con lo que habría diferentes haberes mínimos, según el tipo de jubilación o pensión, menores al mínimo universal.

Luego, en junio, esos beneficios se ajustarán por la inflación de octubre a diciembre de 2017, más un 5% de la variación porcentual real del Producto Bruto Interno. En ese sentido, para una jubilación o pensión de $10.000, el plus anual por crecimiento sumaría $20 más por jubilado o pensionado por mes.

En cambio, si se otorgara todo el aumento del PBI, el plus anual sería de $400. “Quiero creer que estos cambios no pasarán en el Congreso”, fue el deseo de Christian D’Alessandro, quien, haciendo futurología, dijo “dudar” sobre la postura que pueden tomar en la Cámara de Diputados.

Asimismo, recordó el caso Badaro -cuando por un fallo de la Corte Suprema se reajustó un 88,3% haberes entre enero de 2002 y diciembre de 2006-, al decir que “no es la misma Corte protectora a favor de los jubilados”. Además, el proyecto propone reemplazar el aumento semestral por incrementos trimestrales, pero con un desfase de hasta de 6 meses.

“Todo esto podría llegar a aumentar la cantidad de juicios por ajuste, ya que le bajan el índice de movilidad y además se achica la brecha con el que tenía menos salario”, añadió el especialista.

Hasta los 70 años
Por otra parte, el proyecto de ley establece que el trabajador del sector privado (hombre o mujer) podrá optar por jubilarse a los 70 años, y recién entonces el empleador podría intimarlo a que inicie el trámite del retiro jubilatorio. Hoy las mujeres, si tienen 30 años de aportes, pueden retirarse voluntariamente a los 60 años y obligatoriamente a los 65. En el caso de los hombres, deben retirarse a los 65 si tienen 30 años de aporte. “Es algo positivo a medias, porque la opción de jubilarse a los 70 tiene que ser porque quieren trabajar a esa edad por gusto, y no porque no les alcanza la plata”, explicó el abogado