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VATICANO
2 de febrero de 2017
La ciudad italiana de Padua está conmocionada luego de que se descubriera que un reconocido sacerdote utilizaba el espacio dedicado a Dios como un paraíso del sexo. "Teníamos relaciones sexuales en la Iglesia a toda hora, había chicas dando vueltas todo el tiempo", confesó una de las mujeres involucradas. El obispo local reconoció el hecho y pidió perdón a la comunidad cristiana.
Los habitantes de la ciudad italiana de Padua están consternados luego de que se descubriera que el cura Andrea Contin, organizaba orgías y tenía un auténtico sex shop en la casa parroquial.
"Teníamos relaciones sexuales en la parroquia a toda hora. Mañana, tarde y noche. Siempre había un montón de mujeres dando vueltas", reveló a fines de diciembre una mujer en su declaración.
La investigación, que comenzó tras la denuncia de una supuesta amante del religioso, descubrió relaciones sexuales anómalas en la casa parroquial, con orgías con otros hombres organizadas por el párroco, viajes de lujo del sacerdote y hasta excursiones con su amante a distintas playas.
En una habitación cerrada con llave, los agentes descubrieron una colección de vibradores, fustas, cadenas, esposas y películas pornográficas las cuales, para disimular su contenido, estaban titulados con el nombre de diferentes Papas.
Tras el vergonzoso hecho, el cura fue apartado de la parroquia y el obispo local pidió disculpas a los integrantes de la comunidad cristiana. "Se trata una herida dolorosa para nuestra Iglesia y sociedad", sentenció.