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11 de diciembre de 2016
El flamante dirigente dijo que buscará formar "con urgencia" un nuevo gobierno y asumió por encargo del presidente Sergio Mattarella tras la renuncia de Matteo Renzi. Al mismo tiempo, indicó que trabajará arduamente para "darle al país" una administración "con plenitud de poderes".
Paolo Gentiloni, designado nuevo primer ministro de Italia, dijo que buscará formar “con urgencia” un nuevo gobierno tras el encargo que recibió este domingo del presidente, Sergio Mattarella, y adelantó que tendrá como prioridad buscar una nueva ley electoral, además de afrontar compromisos internacionales, económicos y sociales del país.
Canciller desde fines de 2014 hasta hoy, y cercano al ex primer ministro Matteo Renzi, quien renunció tras perder el referéndum del 4 de diciembre, Gentiloni planteó la “urgencia de dar a Italia un gobierno con plenitud de poderes”, luego de aceptar el encargo “con reservas” al cabo de una reunión con Mattarella celebrada durante esta jornada en el Palazzo Quirinale de Roma.
La designación de Gentiloni debe ser ratificada por el Parlamento italiano.
"Agradezco al señor presidente por el encargo, es un alto honor. Trataré de hacerlo con dignidad y responsabilidad", afirmó Gentioni, de 62 años, quien reforzó que tendrá como prioridad hacer una nueva ley electoral y afrontar los compromisos “internacionales, económicos y sociales” de Italia, entre ellos la ayuda a los damnificados por el terremoto de agosto pasado.
Según indicó en una breve declaración que leyó ante la prensa, Gentiloni tomará las consultas políticas que hizo Mattarella en los últimos días con las fuerzas parlamentarias como “base para definir la composición y el trabajo del nuevo gobierno”.
En las próximas horas, Gentiloni deberá pensar en un gabinete, aunque como recordó este domingo, “por necesidad y no por elección nos moveremos en el marco del gobierno y la mayoría saliente”, dando a entender una continuidad grande de los ministros de Renzi tras la “indisponibilidad” del resto de las fuerzas políticas a un gobierno de gran coalición.
Luego de conformar el gabinete de gobierno, Gentiloni deberá concurrir al Parlamento para conseguir la aprobación de las Cámaras, en las que el Partido Democrático, del que es miembro fundador, es mayoría.
Gentiloni deberá formar un gobierno que tenga como primera prioridad la “armonización” de las leyes electorales italianas en vigencia, la “Italicum” para Diputados y la “Consultellum” para Senadores, para poder convocar a elecciones.
"Buscaré acompañar y si es posible facilitar el recorrido de las fuerzas parlamentarias” en ese sentido, planteó este domingo Gentiloni. De todas formas, las primera respuestas de la oposición criticaron con fuerza la decisión de Mattarella por considerar al canciller como una continuidad de Renzi.
La líder de la derechista Hermanos de Italia, Georgia Meloni, calificó a la elección del canciller como “un acto de gatopardismo, cambiar algo para que nada cambie"; mientras que desde el Movimiento Cinco Estrellas el diputado Alessandro Di Battista calificó a Gentiloni como un “avatar de Renzi” y Matteo Salvini de Liga Norte criticó que el nuevo Premier sea “una fotocopia inútil” del mandatario saliente.
En esa dirección, y en rechazo a la designación de Gentiloni y pidiendo en cambio un llamado rápido a las urnas, la Liga confirmó una manifestación en diversos puntos de Italia para el 17 y 18 de diciembre próximos y HDI para el 22 de enero.
Después de 26 reuniones en tres días con las principales fuerzas políticas del país, Mattarella había anunciado este sábado su pronta propuesta para “la solución de la crisis de gobierno” originada tras la renuncia de Renzi el. miércoles pasado.
"El país tiene necesidad en tiempos breves de un gobierno en plenitud de sus funciones”, resaltó el sábado el mandatario, quien recordó los “compromisos y plazos” externos e internos que debe “respetar y afrontar” Italia, empezando por la reunión de líderes europeos en Bruselas el próximo jueves 15.
Por otro lado, en el frente externo, el nuevo gobierno deberá preparar la cumbre del G7 que se hará en mayo próximo en Taormina, Sicilia y el ingreso del país, por un año, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Además de la necesidad de llegar con un nuevo premier a la cumbre europea, los tiempos políticos se aceleraron luego de que el viernes se anunciara de manera informal que el banco Central Europeo había rechazado una prórroga de la ampliación de capital al banco Monte Dei Paschi de Siena, el más antiguo del mundo y el tercero de Italia, lo que hizo desplomar sus papeles más de 10% en la bolsa y agudizó la crisis del sistema bancario nacional.
Renzi renunció formalmente el miércoles pasado tras 1.019 días en el gobierno y luego de una dura derrota en el referéndum con el que el domingo pasado trató de aprobar una reforma constitucional para reducir los costos de la política y agilizar las leyes a través de la reducción del Senado y la supresión de las provincias.
Hasta que se formalice la asunción de Gentiloni, el también ex alcalde de Florencia, de 41 años, continúa de manera interina para ocuparse de los temas administrativos generales, por pedido de Mattarella.
De todas formas,a través de una carta publicada en la noche del sábado en redes sociales en la que destacó los “fantásticos 1000 días de gobierno”, Renzi se mostró abierto a continuar en política en el marco de su cargo de secretario general del Partido Democrático.
Durante la lectura de su comunicado tras ver a Mattarella, Gentiloni recordó la coherencia de Renzi al dar un paso al costado tras perder el referéndum, tal como había asegurado durante la campaña.