Sábado 23 de Noviembre de 2024

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22 de julio de 2016

Por qué cuesta tanto guardar un secreto

Un investigador de la Universidad de Illinois explicó cómo la fragilidad de la mente dificulta la capacidad de proteger información preciada. Las razones de este fenómeno

Guardar un secreto representa todo un reto, un desafío al compromiso de conservar una información codiciada por alguien que tuvo la deferencia de compartirla. La ciencia, que suele abordar y desmenuzar cada conducta humana, desarrolló una explicación teórica al respecto. La faena por no confesar un secreto tiene su razón científica.

Antes que el humano, la mente es la traicionera. Según Art Markman, doctor en Filosofía y Psicología, egresado en la Universidad de Illinois, disponer de datos desconocidos para el común de la gente es una tarea compleja a niveles cognitivos. El catedrático es un avezado investigador sobre tópicos vinculados a lo cognitivo, como el aprendizaje, la motivación, la toma de decisiones, la creatividad y el razonamiento analógico. Para Markman una de las razones radica en que la persona debe invertir un exceso de atención en lo que los demás saben o no acerca del tema en cuestión. Y eso, de por sí, ya genera contradicciones y, a veces, hasta dificulta la capacidad -la claridad- para abordar esos temas de los que supuestamente nada sabe.

Art Markman considera que las malas noticias son las peores para conservar (Shutterstock)

El autor de esta teoría de compulsión informativa considera que los temas más complejos de guardar son las malas noticias y más cuando alguno de los interlocutores está involucrado. Argumenta que tales efectos crean demasiada tensión en la mente y que tras revelarlo necesita provocar una reacción en la otra persona. Para establecer un parangón, Art Markman compara el estremecimiento que generan los secretos con la compulsión por comentar vía redes sociales algo que sucedió en una película, en un programa o en un evento deportivo.

La ciencia ofrece una explicación contemplativa y profesional a aquellos que confiesan un secreto de manera involuntaria. Acusa a la mente y a la condición humana como los culpables de la "traición".

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