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DEPORTES
11 de junio de 2016
Messi admitió que hasta su fulgurante retorno al seleccionado argentino con tres goles a Panamá por la Copa América Centenario sufrió la abstinencia de juego que le tocó vivir en los últimos días por su lesión
Lionel Messi respira fútbol por los poros, está en sus genes, y por eso admitió que hasta su fulgurante retorno de la noche del viernes al seleccionado argentino con tres goles convertidos en media hora a Panamá por la Copa América Centenario, sufrió la abstinencia de juego que le tocó vivir en los últimos días a raíz de su lesión en la parrilla intercostal izquierda, ya que estar "afuera se vuelve muy complicado, muy difícil, porque el tiempo no se pasa más".
"Estar afuera es complicado, porque el tiempo no se pasa más. Sufrí mucho viendo el partido de afuera con Chile y también el primer tiempo con Panamá", admitió el ahora barbado Messi que usa el vello facial como elemento para cumplir alguna promesa.
"El proceso de recuperación fue difícil, largo, porque por el dolor no podía entrenar. Recién me metí con el grupo al segundo día de llegar a Estados Unidos", reconoció a Télam el rosarino, que se lesionó jugando en San Juan un partido amistoso contra Honduras el pasado viernes 27 de mayo.
El astro de Barcelona también aceptó que le "falta tomar ritmo de fútbol y de partidos, porque no es fácil conseguirlo después de estar tanto tiempo parado. Pero tengo confianza en que de a poquito voy a lograrlo y me empezaré a sentir mejor".
"Por ahora estoy contento con haber vuelto, con el resultado conseguido ante Panamá (5-0) y por supuesto por los goles. Tenía ganas de jugar, de estar dentro de una cancha", enfatizó.
"Y después también me alegró que el tratamiento de la gente fuera así, espectacular desde que llegamos a los Estados Unidos. La verdad que el cariño que nos brindan es increíble", apuntó para reflejar la exaltación de su figura que se ve aquí a diario, tanto en el público como en los medios, que resaltan más a Messi que a la Copa América Centenario en sí, algo llamativo para un país que si algo no tiene es espíritu futbolero.
Los tres tantos convertidos a los panameños en la media hora final que le tocó jugar, todos de excelente factura, lo acercaron a sólo un gol de los 54 que convirtió Gabriel Omar Batistuta con la camiseta albiceleste, y que récord para el seleccionado argentino.
"Ponerme a un gol de Batistuta es lo de menos. Lo importante, lo que vale, es el orgullo que siento por haberme acercado tanto a un goleador único en la selección, que le dio tanto a esta camiseta", remarcó.
"Pero lo más importante aquí es que Argentina va creciendo como equipo. Que hicimos un gran esfuerzo contra Chile, en un partido muy completo de mis compañeros", destacó.
Sin embargo la Copa América Centenario no da respiro y el tercer partido, y último de la fase de grupos está a la vuelta de la esquina, el martes próximo. A pesar de ello, no está seguro si lo va a jugar "porque todavía faltan un par de días, hay un viaje en el medio desde Chicago hasta Seattle, así que todo se resolverá allá".
"Y después de ese partido vendrá una parada brava, porque aunque muchos digan que al caerse Uruguay y pasar Venezuela, si nos cruzamos con ellos será menos complicado, yo digo que los dos son igual de difíciles, porque de lo contrario uno no habría eliminado al otro", puntualizó respecto de la pugna por los dos primeros lugares del Grupo C que estarán en manos de México y la 'Vinotinto', restando dirimir -en la última fecha- las posiciones finales cuando se crucen entre sí, ya que el segundo enfrentará a Argentina si sale primero del D.
En el final de la charla Messi hizo referencia a los dichos de Diego Maradona divulgados por la prensa respecto de su falta de personalidad para ser capitán del seleccionado. Políticamente correcto como es dijo que "sus consejos son siempre bienvenidos".
En cambio se lamentó por la lesión sufrida en el aductor derecho por Angel Di María y sostuvo que "lo de 'Fideo' es una lástima, porque es un jugador muy importante para el equipo".
Messi volvió con todo a la selección después de superar una dolorosa lesión y atravesar un difícil trance emocional al tener que declarar ante la justicia española en Barcelona por presunta evasión fiscal. Y lo hizo, como no podía ser de otra manera, un día "diez".