Viernes 22 de Noviembre de 2024

MUSICA

26 de mayo de 2016

La Discoteca del Gata

Tango: Fueron tres Años"
El amor a veces nos lleva por caminos de vida diferentes y tal vez nos perdamos en sus laberintos, pero cuando nos damos cuenta del error, quizás ya sea demasiado tarde para volver. El personaje de esta letra bien lo sabe y sufrirá quizás por siempre esa cobardía del pasado. El tango nuevamente nos aconseja...

Musica: Juan Pablo Marín, Letra: Juan Pablo Marín, Orquesta: Héctor Varela, Canta: Argentino Ledesma.

Grabado el 18 de Mayo de 1956 en Buenos Aires

Este es uno de estos temas que ganó las calles de Buenos Aires y se convirtió en un éxito impresionante. A mediados de los años cincuenta Héctor Varela estaba de rabiosa moda, con sus cantores Argentino Ledesma y Rodolfo Lesica.

Juan Pablo Marín era un guitarrista, cantor y autor, nacido en Plaza Huincul (Provincia de Neuquén) que desenfundó su tema y arrancó a lo grande en la ciudad del tango. Lo cantaron infinidad de cantores, incluso en tiempo de bolero, y le sirvió de plataforma a Marín para establecerse en el catastro tanguero con mucha fortuna, a sus  28 años de edad.

Una noche, él estaba con otro gran poeta, Julio Camilloni, frente a Radio El Mundo y, entre copas y cafés, contó la historia real que lo llevó a transcribirla musicalmente, con sus versos doloridos. Y la historia sentimental la arrastraba desde su provincia.

Prácticamente desconocido en la actualidad, fue el creador de magníficos tangos como Fueron Tres Años y Reflexionemos. Cada vez que lo escuchemos recordemos aquella confesión de amor. 

 

FUERON TRES AÑOS

 

No me hablas, tesoro mío,

no me hablas ni me has mirado.

Fueron tres años, mi vida,

tres años muy lejos de tu corazón.

¡Hablame, rompé el silencio!

¿No ves que me estoy muriendo?

Y quítame este tormento,

porque tu silencio ya me dice adiós.


¡Qué cosas que tiene la vida!

¡Qué cosas tener que llorar!

¡Qué cosas que tiene el destino!

Será mi camino sufrir y penar.

Pero deja que bese tus labios,

un solo momento, y después me voy;

y quítame este tormento,

porque tu silencio ya me dice adiós.


Aún tengo fuego en los labios,

del beso de despedida.

¿Cómo pensar que mentías,

si tus negros ojos lloraban por mí?

¡Hablame, rompé el silencio!

¿No ves que me estoy muriendo?

Y quítame este tormento,

porque tu silencio ya me dice adiós.

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