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POLITICA
25 de mayo de 2016
"Luis Barrionuevo, Hugo Moyano y Antonio Calo cumplieron un ciclo en la Central Obrera y deben dar un paso al costado para que otros dirigentes la conduzcan", dijo el dirigente gastronomico.
"Luis Barrionuevo, Hugo Moyano y Antonio Caló cumplieron un ciclo en la central obrera y deben dar un paso al costado para que otros dirigentes la conduzcan", aseguró el secretario general de la Federación de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (FeHGRA) Luis Barrionuevo, quien se pronunció por "una verdadera unidad del sindicalismo", pero destacó que en este momento "es necesario priorizar la colaboración con el gobierno".
Barrionuevo fue más allá y adelantó que la CGT Azul y Blanca, que encabeza, trabaja para ultimar "los detalles de la unidad, siempre con los lineamientos del General Juan Perón como norte y evitando la participación de quienes, utilizando a los trabajadores para su beneficio, llevaron a la Argentina a la profunda crisis actual".
"En el movimiento obrero nacional estamos a favor de la unidad de una verdadera CGT en defensa de los derechos de todos los trabajadores y no sólo de algunos, volviendo a las fuentes que nos inculcó Perón de justicia social y felicidad del pueblo", afirmó.
Barrionuevo aclaró que la no participación el 29 de abril último de la central que lidera en la marcha por el Día del Trabajo "no fue en desmedro de la unidad de la CGT, para la que se trabaja", y ratificó que ninguno de sus tres jefes actuales debe continuar.
"Hay que dar un paso al costado para que vengan nuevos compañeros y sellar en el Congreso del 22 de agosto la verdadera unidad. Estos serán los temas a debatir hasta ese día, porque en la CGT la lista para votar conducción se hace siempre el último día", dijo.
También sostuvo que "la idea no es unificar para estar en contra de alguien y, en realidad, en ninguna de las centrales existe clima ni ganas de ir a un paro general, como plantearon algunos. El movimiento obrero tiene una gran responsabilidad", señaló.
El sindicalista había reclamado un salario mínimo, vital y móvil de casi 14.500 pesos antes del cónclave de ese organismo y un incremento "significativo" del fondo de desempleo para ayudar a paliar "la actual situación frente a los despidos".
Barrionuevo aseveró que su gremio continuará reclamando "la modificación del impuesto a las ganancias a fin de evitar el flagelo de un tributo al trabajo ilegítimo y confiscatorio", pero expresó que en la actual etapa "es necesario priorizar la colaboración con un gobierno que recién se inicia y otorgarle el tiempo mínimo para enderezar el rumbo frente a la herencia recibida, aunque sin dejar de considerar el plan de lucha que se debata en el futuro si no se satisfacen las necesidades".
"Luego de doce años de denunciar que la Argentina se encaminaba a una crisis social, política, económica y moral sin precedentes, la realidad lamentablemente nos dio la razón sobre el abismo al que conducía el fanatismo y el relato del anterior gobierno. El pueblo abrazó la esperanza de un cambio y demostró con su voto el hastío y fastidio a una forma autoritaria y unilateral. No se vislumbra una salida rápida del caos y la crisis heredadas. Por eso el gobierno necesitará del movimiento obrero y de toda la sociedad, incluso de quienes no comparten su signo político", puntualizó.
Sin embargo, Barrionuevo juzgó "desafortunadas" algunas medidas oficiales -como el aumento de los servicios públicos y los combustibles- "sin considerar una ayuda o compensación y otorgando más privilegios al sector empresarial que, como siempre, no respondió con grandeza y aumentó los precios indiscriminadamente".
"Se le dará el tiempo necesario al gobierno porque el país está destruido, sin inversiones ni fondos, luego de desperdiciar uno de los mejores momentos de la historia para insertarse en el mundo. Ello no significa dejar de lado los derechos de los trabajadores, porque colaborar no es cogobernar", concluyó el sindicalista.