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DEPORTES
13 de mayo de 2016
El Decano superó como local a San Martín de San Juan por 3 a 2 y saltó transitoriamente al segundo puesto de la zona 2, que clasifica a la pelea por entrar a la Copa Libertadores 2017.
Atlético Tucumán sigue soñando. Está cerca, muy cerca, de quedarse con el segundo puesto de la zona 2, que le permitirá jugar el desempate con el escolta de la zona 1 por un lugar en la Libertadores 2017. Resolvió un duelo difícil, electrizante, frente a San Martín de San Juan: se impuso 3 a 2 y estiró el invicto en el Monumental José Fierro a 31 partidos sin perder, con 25 victorias y 6 empates.
El clima no ayudó. Llovió todo el día en Tucumán, como las cuatro jornadas anteriores, y no cesó durante el partido. Le costó hacer pie a ambos equipos. El local empezó un poco nervioso. No era para menos. Se jugaba mucho. Y cuando se encontró en desventaja, la desesperación aumentó. El equipo sanjuanino se acercó pocas veces al arco local, pero en una aproximación encontró el penal: Franco Sbuttoni un poco se resbaló y otro poco cortó un cabezazo de Emmanuel Martínez con la mano; Jorge Baliño no dudó en señalar la infracción. Fue Luis Ardente, quien anotó 1-0 con un remate fuerte y bajo.
A partir de allí, el gasto lo empezó a hacer Atlético, que buscaba el empate con empuje pero sin ideas. Tuvo alguna llegada -un cabezazo de Cristian Menéndez y un remate Fernando Zampedri desviado- pero ninguna situación clara de gol. San Martín, en cambio, se sintió cómodo manejando los tiempos del partido y con escasa vocación ofensiva.
Todo siguió igual hasta los 20 minutos. Todo cambió después. Atlético siguió buscando en forma desordenada. Le costó pero se alzó con un triunfazo. Primero igualó con una jugada fortuita: despeje de un jugador visitante, un rebote y la pelota le quedó a Menéndez, que no perdonó. Tres minutos después, en otro buen avance del Decano, Menéndez peleó la pelota, le quedó a Guillermo Acosta y 2-1. El tiro libre de Sergio Sagarzazu fue un balde de agua fría entre tanta lluvia. Pero Atlético no se resignó. Siguió yendo. Y en una jugada que se ensució mucho, tocó Leandro González, rebotó en Matías Escudero y entró. Y el triunfo reavivó el sueño de jugar la Libertadores.