“La historia oficial” asombra a jóvenes espectadores nacidos en democracia
“La historia oficial” de Luis Puenzo, el primer film argentino que ganó un Oscar, se reestrenó en copia remasterizada el jueves, día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, y convocó en las salas porteñas a jóvenes nacidos en democracia para quienes el filme sobre la apropiación de hijos de desaparecidos durante la dictadura es “como ver fotos del dolor de algo increíble que pasó acá”.
La película, protagonizada por la dupla excepcional de Norma Aleandro y Héctor Alterio, triunfó como mejor film extranjero en los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, y su trama escrita por Aída Bortnik y Puenzo sigue vigente a 40 años del golpe de Estado y a 30 de su estreno.
Los espectadores nacidos en democracia, especialmente los sub 30 parecen sumarle a la emoción -tantas veces reflexiva- el asombro provocado por “lo impensable, porque para los pibes de hoy los relatos de la dictadura resultan totalmente fuera de lo habitual, por eso decidí venir con mi hijo Sebastián de 14 años”, dice Martín, psicoanalista, a la salida del cine Lorca ayer por la tarde.
“Fui militante -continúa mientras mira al adolescente parado a su lado- de la Franja Morada, la vi cuando estaba en primer año del secundario, para mí era un deber cívico traerlo, un aporte más para ayudarlo a pensar su país, de dónde venimos, lo que atravesamos”.
Sebastián se sale de la vaina por contar que la producción con imagen restaurada 4K y sonido estereofónico 5.1 resulta, “un flash, sé del tema por mis viejos y cosas del cole, pero la peli te cuenta sobre algo más chico, algo tremendo en la vida de una familia cualquiera, me bajó los datos a tierra, ahora seguro seguimos charlando en un bar”.
Las narraciones se enhebran como collares de perlas cotidianas al término de las funciones y cada narrador agrega su retazo de vivencia personal a la cinta.
Cuando se estrenó “La historia oficial” en 1985, Diego y Lorena caminaban por la franja etaria sub 20, mientras se asomaban a un amor compartido.
“La verdad es que por aquel entonces la invité al cine sin pensar mucho en el contenido, sólo para estar con ella, bueno el tiempo pasó, fuimos y vinimos con la relación y ahora que ya somos veteranos, trajimos a nuestros tres hijos”, afirma Diego sonriendo.
Lorena, su esposa agrega que, “no se planteó como un paseo más de feriado, es una responsabilidad verla junto a ellos para explicarles lo sucedido en Argentina y, al mismo tiempo, hacerlos conocer un poco más de nuestro camino como familia, aunque cueste juntarlos y traerlos un sábado a la tarde, ya que cada uno quiere hacer su propio programa”.
La bella Aylén, la hija más chica de la pareja formada en los ‘80, se deja sonar la nariz por su mamá con la condición de acceder a hablar luego del trámite, para expresar desde sus 9 años, que la película “es re larga, pero la nena me encantó y me dio tristeza, ella se portaba bien y le pasa de todo”.
Aylén se refiere a Analía Castro, quien tenía 4 años cuando se filmó la película e interpretó a Gaby, la chica apropiada por Alterio y Aleandro nacida en 1978, cuyos padres biológicos son desaparecidos.
La misma emoción, el mismo deseo de mantener viva la memoria gracias a un filme necesario se refleja en otros jóvenes quienes salen de la mano de una sala de Belgrano ayer, mientras el viento imponía su lenguaje al asomarse la noche.
“Mi vieja me hinchó para que viniera, hasta me dio el boucher del ‘2 x 1’, no se puede creer la bestialidad hacia los chicos, pensar en un Estado capaz de robar hijos a las madres, la tortura, los cuerpos que no aparecen todavía, no da, la verdad es que no da” se indigna Francisco, estudiante de 18 años.
“Si nos olvidamos -prosigue- de esto somos irrecuperables, está muy bien seguir mostrando lo pasado aunque te haga bolsa, aunque a veces no te dé el corazón porque es re triste, pero si lo bancamos por ahí logramos que se nos grabe que esto nunca más debe volver a pasar, pero posta”.
Su novia de 19 años, estudiante de profesorado de educación física, afirma con ojos brillosos, “me interesa algo especial que muestra la peli, cómo la dictadura se metió en la casa y en la cabeza de todos, recordarlo es una manera de pelearla y de prestar atención para entender la actualidad argentina que siempre es un lío”.
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