Viernes 22 de Noviembre de 2024

RADIO Y TELEVISIÓN

13 de enero de 2016

¡Santo medio siglo!: diez hitos de una serie inolvidable que cumple 50 años

La serie de TV de Batman, con Adam West y Burt Ward, fue estrenada el 12 de enero de 1966. Estética camp, autoparodia y aportes risueños al panteón pop.

Es una prueba de temple para las varias generaciones que crecieron con ella. La serie televisiva de Batman protagonizada por Adam West y Burt Ward cumple hoy nada menos que 50 años. Su primer capítulo fue puesto al aire por la cadena ABC el 12 de enero de 1966 y, aunque duró sólo tres temporadas, es una de las más recordadas (y de constante reposición). Aquí, diez batiseñales de un fenómeno clave en la cultura pop:

El triunfo del "camp" en TV. En la serie de Batman todo es exageración y copia degradada, pero con sentido del humor y autoconciencia. Si hay que enlazar con las raíces del comic, aparecen los gigantes "PAFF", "BIFF" y "KAPOWW" en pantalla. Si en el guión figura que Batman tiene que pensar, el personaje de Adam West adopta su clásico gesto de llevarse una mano a la barbilla y con la otra tomarse el codo, reconcentrado...aún en los contextos más bizarros. Las trampas de los villanos son desmesuradas, las coreografías de las peleas más cercanas a la comedia musical. Un atracón para la vista.

Ni mejor, ni peor... Un Batman único. Se puede discutir si el Batman de Christian Bale es mejor que el gótico de Michael Keaton. O admitir que la mejor versión del personaje es la de Bruce Timm de la versión animada de los 90. Pero en cualquiera de esas disputas, imaginarias y banales, el de Adam West nunca participa. Básicamente, porque habita otro universo, una burbuja intocable. Frases increíbles, un traje que no dejaba nada librado a la imaginación, una incipiente artritis en las escenas de pelea y un cinturón mágico del que sacaba cualquier cosa (culminante: el bati-repelente de tiburones que usa en la película). Querible por donde se lo mire.

Un héroe que baila, surfea y...corre. En los 120 episodios que duró la serie, el Batman de Adam West hizo cosas que ningún otro superhéroe hizo jamás. El baile Twist es un clásico, pero nada como la competencia de surf con el Guasón. Además, ningún otro héroe corrió tanto. A tal punto que el trote de Batman y Robin trascendió la serie de TV para llegar al mundo Meme y los gifs animados.

Grandes actores jugando a ser villanos. Burgess Meredith fue Mickey en la saga de Rocky y ostentó una larga filmografía, pero jugó a ser El Pinguino en la serie de Batman. Otto Preminger fue un provocativo actor y director, laureado en Hollywood, pero también se calzó el traje del Sr. Frío. Anne Baxter tenía un Oscar en su casa cuando aceptó el papel de Olga, la reina de los cosacos. Y el gigante Vincent Price aceptó una prótesis en la cabeza para su rol de Egghead. Son algunos de una galería de malos que encabezaba César Romero, un Guasón de colección.

Un Batimóvil millonario. Probablemente, lo único con verdadero estilo en una serie que desbordaba kitsch (junto con la Gatúbela de Julie Newmar), el vehículo principal del dúo dinámico, diseñado por George Barris en base a un concept car de Ford llamado Lincoln Futura, fue subastado en 2013 por algo más de 4 millones de dólares. Y los vale.

Los Bat-climbs. Bastante seguido, por capricho del guión Batman y Robin tenían que "escalar" una pared. Entonces se abría una ventana y el dúo dinámico charlaba unos segundos con el vecino. Excusa para cameos de celebridades y promoción para otros shows televisivos. Por la ventanita se asomaron, entre muchos otros, Largo, de Los locos Addams, y El Avispón verde junto a Kato.

¡Santas frases! Hay quien contó la cantidad de veces que el Robin de Burt Ward dice una frase que arranca con "Santos...": son 359. ¿La mejor? Hay muchas, pero "Holy contributing to the delinquency of minors" (¡Santa contribución a la delincuencia de menores!) es firme candidata.

Simple, pero pegadiza. La melodía de la apertura, con su magnífica animación, es obra de Neal Hefti. Con una típica guitarra de música surf, es sencilla pero adictiva. Con tres míseros acordes, directo al panteón de la cultura pop.

Un legado para mostrar. Aunque terminó después de tres temporadas con más pena que gloria, cancelada por bajo rating, la serie de Batman de los 60 fue un exitazo. La acompañó una consistente Batimanía, y -si bien ya habían existido numerosos seriales televisivos con héroes de comics, demostró que se podía hacer una serie de éxito con una industria editorial que había renacido con el empuje de Marvel.

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