Domingo 24 de Noviembre de 2024

ESTILOS & TENDENCIAS

1 de diciembre de 2015

El auge del “spornosexual”, la metrosexualidad llevada al extremo

Es el término usado para describir al hombre que goza de mostrar su cuerpo trabajado. Uno de sus mayores exponentes: Cristiano Ronaldo.

Cristiano Ronaldo no será recordado tanto por su goles ni los balones de oro, pasará principalmente a la historia por ser la mejor encarnación del spornosexual. Es decir, del tipo de hombre que hoy triunfa en las pantallas de Hollywood y en los carteles publicitarios de gran parte del mundo. Rostros duros, cuerpos musculosos, sexualizados, que enfatizan “el deseo masculino de ser deseado”, según las reflexiones que realizó ayer el escritor y periodista británico Mark Simpson –que acuñó hace dos décadas el concepto de metrosexual– en una conferencia celebrada en Barcelona. Como indica su morfología, la palabra conjuga la idea de deporte y pornografía (sporno) para definir a este grupo que Simpson define como metrosexuales de segunda generación. Una metrosexualidad extrema, indica, en la que la sexualidad se descontroló y el propio cuerpo –no los accesorios de ropa o calzado– se convierte en marca. Todo eso aderezado en un momento en que esta “marca” se proyecta en las redes sociales, en las fotos que se cuelgan en Twitter o Instagram, en los “me gusta” que se esperan. Si metrosexualidad, según su ideólogo, era sobre todo el “deseo de ser deseado”, ahora esta nueva generación lo lleva al extremo. 

El escritor británico planteó sus tesis en la inauguración de un seminario internacional sobre masculinidades, organizado por la UOC y Homes per la Igualtat. Esta exaltación del hombre como objeto sexual llega para quedarse, afirmó, lo que generó cierto desasosiego en su auditorio. “Quizás no reconocemos que está sucediendo, pero es así, y es una invitación a los chicos más jóvenes”, indicó.

El mundo del fútbol es una de los principales amplificadores de la spornosexualidad, imágenes repetidas cada día hasta el hartazgo. Al final de los partidos, comentó, los jugadores se pueden sacar las camisetas –así lo hacen– y mostrar lo que hicieron con sus cuerpos, cómo los transformaron a base de matarse en el gimnasio. Porque el spornosexual transforma su cuerpo.

El Madrid gana el duelo de simbología porque esta evolución se observa bien con el viaje desde David Beckham a Ronaldo. Si el primero, según el analista británico, exhibía más tatuajes, peinados y ropa, el segundo luce directamente su cuerpo. Beckham –elegido ayer el hombre más sexy del mundo– era una persona en forma, pero no moldeado por las larguísimas sesiones de gimnasio, y la metrosexualidad se vinculó en un principio –además de todas las dosis de marketing y merchandising que escondía– con un cierto abrazo a un lado suave de los hombres, el del cuidado del cuerpo. Ahora éste se lleva al extremo. Este “deseo de ser deseado” se expresa con una pasividad del hombre, el cuerpo al que se mira.

Si bien Mark Simpson no analizó las consecuencias en la sociedad de este exaltación de los héroes musculosos, la insatisfacción corporal por el bombardeo de imágenes de torsos perfectos ya alcanzó a los más jóvenes. Según los datos de la Fundación Imagen y Autoestima, ya es el 65 por ciento de los adolescentes españoles los que se declaran insatisfechos con su cuerpo.

Pero Simpson subrayó que la spornosexualidad no va a ser una moda pasajera. Para ello, mostró videos y fotos de cómo está funcionando la industria de Hollywood y la publicidad. Un hombre musculoso y desnudo –con los órganos sexuales pixelados– preside muchas estaciones del subte londinense.

Nadie se quejó, explicaba, nadie alzó la voz por la utilización de este “hombre objeto”. En cambio, indicó, en las mismas estaciones londinenses la imagen de una mujer en bikini despertó olas de protestas e incluso fue objeto de debate en el Parlamento. No se trata de comparar la situación del hombre y de la mujer, admitió, pero sí de hacer ver que algo está pasando.

El cuerpo masculino se transformó en una mercancía “caliente”, explicaba mientras pasaba un anuncio de la marca Ford en el que esta cosificación sexual no se sitúa sólo en el hombre ligero de ropa, sino en cómo juega con el equívoco entre el pene y la llave. Veinte años después de la irrupción de los metrosexuales, esos hombres que empezaban a “cuidarse” hoy lo que se enfatiza es sobre todo la parte sexual en un mundo con un alto consumo de pornografía donde deben incluirse también a los más jóvenes. Y lo que queda clarísimo es que en ningún momento la inteligencia entra en juego.

En estos veinte años el cuerpo masculino se vio sometido progresivamente a la exposición pública, el mercado de la belleza lo convirtió también en un objetivo y se creó un ideal de belleza muy definido. Una forma de V difícil de alcanzar para la mayoría por lo que los problemas vendrán servidos en bandeja si se quiere vincular esta imagen como un ideal de masculinidad, según advierten ya los expertos que han empezado a tratar el tema.

Si durante muchos años sólo se presentó como objetos sexuales a las mujeres, ahora hay hombres que quieren entrar en este papel, explicaba  Simpson. Un papel que se refleja también en las nuevas versiones del clásico James Bond. “Desde los años sesenta –comentó– no tenía un buen cuerpo, y el cuerpo reapareció de la mano del actor Daniel Craig”. Incluso es él mismo el que hace la escena de Ursula Andress en la playa. Según el periodista británico, en el Reino Unido está creciendo con fuerza la venta de polvos proteicos y muchos hombres gastan más en ropa y en zapatos que las mujeres.

La spornosexualidad necesita por lo tanto de una mirada crítica y distante y para ello, como señala Simpson, lo primero que hay que hacer es darse cuenta de que existe. Crítica no en un sentido demagógico y fácil sino para desvincular esta imagen y una actitud muy determinada de los conceptos de éxito personal y de felicidad. Cuando se habla de la escasez de referentes masculinos para los chicos, se trata precisamente de intentar evitar idolatrar a los spornosexuales. No es cuestión de despreciar la búsqueda de la belleza o el cuidado del cuerpo, sino de evitar que sea un fin en sí mismo y una exaltación de la libertad.

Durante su conferencia y entre las fotografías y videos que expuso, el escritor lanzó una pregunta que también llevó a la reflexión. Con el trailer de la película 50 sombras de Grey, criticada desde algunos sectores críticos con la “sumisión” de la protagonista femenina inquirió sobre quién es realmente el objeto sexual. Su propuesta de análisis se ciñó sólo al trailer y tras proyectarlo hizo notar cómo el actor Jamie Dorman sale sin ropa, reflejado en el espejo. Él, subrayó, se expone más.

Simpson enfatizó que detrás de la idea de metrosexualidad hay un concepto profundo de masculinidad, la posibilidad de “ser muchas cosas”, de romper muchos moldes heredados. Y la spornosexualidad que hoy considera la vino a relevar se asienta en tres vectores: las redes sociales, las selfies y el porno. “Quieren ser queridos por sus cuerpos, no por lo que se ponen”. Queda así planteado el debate para los hombres porque lo que Simpson anuncia es el “reinado” de este nuevo concepto, tendencia y modelo. Un debate en el que son los hombres los que tendrán que lidiar con él.

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